Miami, Florida, Estados Unidos, 7 nov (EFE).- El Partido Republicano retuvo la gobernación de Florida y lleva la delantera en la ajustada batalla por un escaño de senador por ese estado de Estados Unidos en las elecciones celebradas este martes, en las que la anunciada "marea azul" demócrata solo se sintió en la Cámara de Representantes.
Ron DeSantis, el "guerrero conservador" apadrinado por el presidente, Donald Trump, será el próximo gobernador de Florida, al ganar por casi 80.000 votos a Andrew Gillum, que quería hacer historia como el primer afroamericano en la gobernación del "estado soleado" y contaba con el respaldo del expresidente Barack Obama.
"Lamento mucho no haber podido ganar para ustedes, pero la lucha continua", dijo Gillum en la capital del estado, Tallahassee, de donde es su alcalde, al aceptar una derrota que los últimos sondeos no previeron.
Desde Orlando, DeSantis dijo que "la voz de la gente es lo que se escucha" en las elecciones y él sabía que el programa de su oponente no iba a funcionar.
Prometió que mantendrá los impuestos bajos y Florida como un estado abierto a los negocios y la inversión.
El segundo cargo más importante en Florida de los incluidos en esta elección, el puesto en el Senado del demócrata Bill Nelson, sigue sin definirse a falta de un 1% de los votos por escrutar.
El gobernador saliente de Florida, Rick Scott, el competidor de Nelson, le lleva poco más de 55.000 votos de ventaja, una diferencia que puede estar por debajo de los 0,50 puntos, lo que significa que, según la ley floridana, deben contarse de nuevo los votos.
Nelson, que tiene 3.993.722 votos, frente a 4.049.150 de Scott, no se ha pronunciado y el gobernador, sin proclamarse ganador, ha dicho ante sus seguidores que está seguro de que irá a Washington.
Las autoridades electorales guardan silencio por ahora.
Si Scott fuese el ganador, sería la primera vez en más de 100 años que los dos puestos reservados a Florida en el Senado estarían bajo control republicano.
El otro es el del cubano-estadounidense Marco Rubio.
Aunque desde las primarias las contiendas Gillum-DeSantis y Nelson-Scott estuvieron en empate técnico, a finales de la semana pasada los sondeos empezaron a dar ventaja a los demócratas, en algún caso de hasta siete puntos, algo que no se vio en las urnas.
Una de las alegrías para los demócratas en Florida fue la victoria de su candidata Donna Shalala en la contienda por el puesto de representante en la Cámara Baja por el distrito 27 de Florida, que durante años estuvo en manos de la republicana Ileana Ros-Lehtinen, que decidió no presentarse a la reelección.
En estas elecciones los estadounidenses renovaron un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes y en 36 estados, incluido Florida, al gobernador y otros cargos estatales.
En sus primeras declaraciones a la prensa después de que sus seguidores la felicitaran en el Club de Mujeres de Coral Gables, Shalala, que fue secretaria de Salud durante la Administración Clinton, subrayó que la salud va a ser precisamente su primera prioridad como congresista.
En un vídeo colgado en su cuenta de Twitter, la republicana Ros-Lehtinen le dijo a su "amiga" demócrata Shalala que se siente "muy honrada" de que sea ella la que ocupe su puesto en el Congreso y le augura que tendrá éxito, pues sabe que tiene "el servicio público en el corazón".
En el sur de Florida, el congresista republicano Mario Díaz-Balart y la demócrata Debbie Wasserman Shultz lograron mantener sus puestos en la Cámara de Representantes.
El republicano Carlos Curbelo, que también buscaba la reelección como representante por el distrito 26 de Florida, perdió su escaño, en el que a partir de enero estará la demócrata Debbie Mucarsel-Powell, de origen ecuatoriano.
Con la derrota de Curbelo, solo queda un representante por Florida en la Cámara Baja que es de origen cubano, Mario Díaz-Balart, y el poder del grupo de presión encabezado por el senador Rubio se verá así reducido.
La republicana Ashley Moody será la próxima fiscal general de Florida, un cargo que estaba en manos de Pam Bondi, de su mismo partido.
En Miami los votantes dijeron "no" a una propuesta para dar más poder al alcalde de la ciudad, promovida por Francis Suárez, el actual líder municipal.
Por el contrario, dijeron "sí" a que se inicie una negociación con un grupo de inversores que quieren construir en terrenos públicos un estadio de fútbol para que sirva de sede a un equipo dirigido por el exfutbolista inglés David Beckham.
En el ámbito de todo el estado se aprobó una enmienda constitucional para devolver a los expresidiarios el derecho al voto. EFE