NEWARK, Nueva Jersey, Estados Unidos.- Los fiscales federales comenzaron los procedimientos del miércoles en el juicio de soborno del senador Robert Menéndez (D-N.J.) intentando usar las propias palabras del político en su contra, y poniendo énfasis en las explicaciones del legislador demócrata sobre los viajes pagados que hizo a la República Dominicana.
Según informó el periódico The Washington Post, el jurado examinó un fragmento de la entrevista de 2013 y una declaración en la que Menéndez aceptó la responsabilidad de esperar más de dos años para reembolsar al coacusado médico Salomón Melgen US$58,500 por viajes en el avión privado del oftalmólogo de origen dominicano.
“La conclusión es que cuando eso llegó a mi atención, pagué por ello”, dijo Menéndez a un entrevistador de la cadena televisiva CNN, según cita el diario.
En la noticia, firmada por Alan Maimon, se explica que la declaración de Menéndez sobre los viajes, que salió a relucir unos días antes de la entrevista, confirmó que él había viajado en los aviones de Melgen sólo tres veces y había reembolsado debidamente a su amigo por todos esos vuelos.
En aquel momento, Menéndez trataba de defenderse del escrutinio mediático de su relación con Melgen. Ahora las apuestas son mucho más altas, con fiscales que buscan demostrar que Menéndez ocultó delictuosamente muchos otros vuelos y regalos que recibió del oftalmólogo rico de la Florida.
La fiscalía ha pasado la mayor parte de las primeras tres semanas del juicio intentando demostrar que Melgen le hizo regalos a Menéndez y le facilitó volar a República Dominicana y regresar con frecuencia, ya fuera en sus propios aviones o en vuelos comerciales o charter. El caso del gobierno es que Melgen sobornó a Menéndez a cambio de favores del Gobierno, mientras que el senador argumenta que él era sencillamente un amigo cercano del doctor.
La fiscal Monique Abrishami discutió con el agente del FBI Alan Mohl en el estrado el miércoles los formularios de reporte financiero del Senado, demostrando que Menéndez no mencionó ni un solo regalo de Melgen.
El abogado de Menéndez, Abbe Lowell, contratacó pidiendo a Mohl que leyera partes de los formularios relacionados con las reglas sobre la consciente falsificación y exención de información y divulgación.
Abrishami objetó que Lowell estaba tratando de confundir a los miembros del jurado con sus preguntas.
“Eso no es un pecado en nuestra profesión”, dijo el juez federal William Walls sin la presencia del jurado.
Lowell dijo que los fiscales y el FBI tuvieron una gran cantidad de tiempo y recursos para reconstruir los viajes de Menéndez a lo largo de los años y se preguntó por qué el gobierno no estaba hablando de los viajes de Menéndez a la casa de Melgen en República Dominicana.
Mohl dijo que el FBI no miró los expedientes del recorrido que se remontaban muy atrás porque Melgen no tuvo un jet privado hasta más adelante, en los 2000.
La defensa está tratando de establecer que Menéndez pagó él mismo sus propios viajes, en algunos o todos los casos, y que sólo se convirtió en un huésped frecuente en la villa de Melgen después de que los dos llegaron a ser amigos cercanos.
Con el jurado fuera de la sala del tribunal, Walls dijo: “La amistad puede ser contaminada por la corrupción. También puede servir como el camuflaje para el delito”.
Lowell, el miércoles, pasó por todos los sellos del pasaporte de Menéndez para ilustrar que el demócrata de Nueva Jersey pasó de hacer viajes ocasionales a República Dominicana hasta cinco veces al año a partir de 2008. Menéndez viajó 20 veces a la isla caribeña entre 2006 y 2013. El Departamento de Justicia citó seis de esos viajes en su acusación.
Menéndez se acercó a los reporteros de CNN durante una pausa en el juicio y se dio la vuelta para lanzar al aire un beso a su hija mientras salía de la sala del tribunal.
A la pregunta, el miércoles por la tarde, de cómo sentía que iba el juicio, Lowell dijo, “Hay muchas entradas en un juego de pelota. No importa cuál sea la puntuación en la tercera entrada”.
Los fiscales se negaron a hacer comentarios.
Fuente: The Washington Post