Existen países donde la proporción de la población nacida en el extranjero es altísima. El caso más dramático es de los Emiratos Árabes donde un 90% son musulmanes quienes emigraron desde países como Bangladesh y Filipinas. El reducido 10% restante, ciudadanos de los Emiratos, prácticamente no trabajan y viven de la versión árabe de la tarjeta de Solidaridad. La proporción de la población compuesta por extranjeros es de un 45% en Singapur, un 29% en Australia, un 21% en Canadá y un 14% en Estados Unidos, que incluye 2 millones de dominicanos, de los cuales la mitad ha nacido entre nosotros. En la propia República Dominicana de nuestros once millones unos 550,000 son haitianos, es decir tan solo alrededor de un 5%.
Pero el tema migratorio ha devenido en “gasolina electoral” en el mundo. El Brexit inglés se dio debido a la falsa propaganda de que lograría cerrar la emigración europea que entraba libremente al Reino Unido, cuando en realidad el flujo mayor de migrantes procedía y procede de las antiguas colonias inglesas que conforman la Mancomunidad Británica. El Brexit parará a los europeos mas no al grupo más elevado. Trump logró su victoria electoral prometiendo un muro con México y atacando la migración de ese y otros países. Ha logrado en el 2018 una reducción de un 74% en los flujos netos migratorios, debido a la gran cantidad de mexicanos que han regresado a su país y a la disminución de la migración mexicana y centroamericana hacia el norte. Los gobiernos derechistas de Hungría y Polonia se nutrieron de la “gasolina electoral” al criticar fuertemente la migración siria y turca hacia sus países. El éxito del Brexit se debió a que en Londres, en apenas diez años, la proporción de blancos se redujo de 60% a 45% representando ya una minoría.
Los políticos perciben que la gente teme menos a la migración si existe un eficiente control fronterizo, como lo implicará el Brexit para los emigrantes europeos y ya quisiese Trump que lo haga su muro fronterizo.
Coincidiendo con los flujos migratorios se está dando otro fenómeno, el de que dentro de treinta años la clase media representará las tres cuartas partes de la población mundial, concentrada en China y la India. En Brasil, Jair Bolsonaro, el Trump tropical, ganó por el voto de los ricos y de la clase media. En nuestro país pensamos que el PRM es más fuerte en las zonas de clase media donde la gente está escandalizada por la “dictadura perfecta” de quince años de gobiernos de un PLD que es incapaz de someter a la justicia a los funcionarios y políticos corruptos. En este año que se inaugura, según estudios serios, nuestra clase media llegará a un 37% de la población y el propio presidente Danilo Medina declaró en febrero pasado que en nuestro país “hay más clase media que pobre”. Según estas proyecciones el PRM, con el apoyo de la clase media, será el partido más fuerte. El nuestro es un país de clase media, urbano, con una economía esencialmente de servicios y con una gran dependencia de las remesas que envían el 20% de nuestra población que reside en el extranjero.
Por otro lado, estamos entrando en la era de los “joviejos”, de los que están entre 65 y 75 años, ya que la expectativa de vida en los países ricos subió en 3.7 años tan solo entre el 2001 y el 2015. Por primera vez el mundo tendrá más gente con más de 30 años que menos de treinta.
China será cada días más importante y Confucio, el gran filósofo de ese país declaró hace más de dos mil años: “Es mejor viajar 10 mil kilómetros, que leer 10 mil libros”. Los chinos por fin le está haciendo caso y del 2006 al 2016 el turismo chino ha aumentado de apenas un 3% a un 21% del turismo mundial. Sus playas favoritas siguen siendo las más cercanas, Tailandia, Singapur, Bali, Australia y Vietnam. Pero un día llegarán al Caribe donde ni siquiera en Cuban representan flujos importantes a pesar de existir vuelos directos.