Barcelona (España), 2 oct (EFE).- El presidente de la región española de Cataluña, Carles Puigdemont, pidió hoy una "mediación internacional" para el conflicto catalán "apadrinada por la Unión Europea" (UE), tras el referéndum ilegal de autodeterminación de este domingo.
En una comparecencia de prensa, Puigdemont pidió al jefe del Ejecutivo español, el conservador Mariano Rajoy, que diga si está dispuesto o no a esa mediación.
El gobernante independentista señaló que la mediación internacional puede estar a cargo de distintos ámbitos especializados en la resolución de conflictos, aunque "es evidente que la UE debe apadrinar" el proceso.
La Unión Europea tiene que "dejar de mirar hacia otro lado", demandó, ante las "violaciones" de la carta europea de derechos fundamentales porque ya no es sólo un asunto interno, sino "europeo".
Reconoció que no mantiene "ningún contacto" con el Gobierno español a día de hoy, pero se mostró dispuesto a reunirse donde sea con Rajoy si éste lo llama.
"Nos queremos reentender con el Estado español", dijo Puigdemont, pero sobre la base de "la voluntad de la gente" de Cataluña, en alusión a la consulta independentista, que consideró "válida", aunque estaba suspendida por ilegal por el Tribunal Constitucional y la votación transcurrió con innumerables irregularidades.
Puigdemont denunció los "graves actos de violencia" durante la jornada de votación, que atribuyó a "comandos del miedo" de esas fuerzas policiales.
La consulta secesionista, convocada por el gobierno autónomo catalán a primeros de septiembre, fue suspendida inmediatamente por el Tribunal Constitucional español y diferentes juzgados ordenaron medidas para que las fuerzas de seguridad precintara los colegios y se incautaran de urnas y papeletas de votación.
Esto llevó a las autoridades catalanas a modificar el mismo domingo las normas de votación que habían dictado anteriormente, de modo que un votante pudiera hacerlo en cualquier colegio por medio de un "censo único", con papeletas impresas por su cuenta y sin sobre.
Según datos del Gobierno regional catalán, participaron en el referéndum 2.262.424 personas, con un 90 % de votos a favor de la independencia.
Puigdemont también exigió la "retirada de todos los efectivos policiales" destinados temporalmente en la región de Cataluña para evitar la celebración de esa consulta declarada ilegal por la Justicia.
No obstante, el refuerzo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil (cuerpos dependientes del Ejecutivo español) se mantendrá en Cataluña sin fecha aún para el repliegue, aunque en un principio estaba previsto que concluyera esta misma semana, señalaron a Efe fuentes próximas al operativo de seguridad.
Puigdemont denunció los "graves actos de violencia" durante la jornada de votación, que atribuyó a "comandos del miedo" de esas fuerzas policiales.
Por su parte, el ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, lamentó los incidentes y los heridos, respaldó a los cuerpos policiales y aseguró que "los únicos responsables" son quienes provocaron un "clima de crispación y desobediencia".
Estos cuerpos de seguridad intervinieron por orden judicial para impedir la celebración del referéndum retirando urnas y otro material y cerrando centros de votación.
Más de 890 personas resultados heridas, contusionadas o sufrieron ataques de ansiedad en los altercados, de las que solo cuatro permanecen hospitalizadas, dos de ellas graves, según datos de las autoridades catalanas.
Además, 19 policías nacionales y 14 guardia civiles necesitaron atención médica inmediata y fueron "innumerables" los agentes heridos, aunque continuaron trabajando, informó el ministerio del Interior. EFE