Los talibanes se reunieron este sábado con representantes de Estados Unidos en Catar, en la primera reunión presencial desde la retirada estadounidense de Afganistán a finales de agosto, en la que los primeros pidieron "relaciones positivas" y desbloquear fondos internacionales.

El ministro de Exteriores del Gobierno interino talibán, Amir Khan Muttaqi, afirmó en un comunicado que las delegaciones "de alto nivel" de ambas partes "mantuvieron conversaciones detalladas" durante la primera jornada de reuniones en Doha, que continuarán mañana.

"En esta reunión hablamos de asistencia humanitaria e insistimos en que el acuerdo de Doha debe ser aplicado plenamente. La integridad y el espacio aéreo afganos deberían ser respetados, y no debería haber interferencias en los asuntos internos", dijo Muttaqi.

Los talibanes y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo en febrero de 2020 en Doha que marcó la retirada final de las tropas estadounidenses del país, una circunstancia que los fundamentalistas aprovecharon para lanzar una rápida ofensiva y capturar Kabul el pasado 15 de agosto.

Según los talibanes, los participantes subrayaron la necesidad de "mantener relaciones positivas y los contactos".

Los fundamentalistas llamaron a Washington a contribuir a desbloquear los fondos internacionales, suspendidos por muchos países e instituciones tras el colapso del anterior Gobierno, dijo Muttaqi.

"Estamos intentando mantener unas reuniones exhaustivas con los estadounidenses, y en los próximos días nos reuniremos con representantes europeos para tratar la situación actual de Afganistán con la comunidad internacional", añadió el ministro.

Muttaqi subrayó que los talibanes buscan mantener relaciones positivas con la comunidad internacional para asegurar la distribución de ayuda humanitaria.

El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, subrayó ayer que su prioridad es la salida de los pocos estadounidenses y otros extranjeros que siguen en Afganistán, y que los talibanes cumplan su compromiso de no permitir terroristas en suelo afgano para amenazar la seguridad de Estados Unidos o de sus aliados.

Washington también se comprometió a presionar a los fundamentalistas para que respeten los derechos de las mujeres y las niñas.

Los talibanes han mantenido un discurso de cierta reconciliación y apertura que contrasta con su primer gobierno entre 1996 y 2001, marcado por las violaciones de los derechos humanos.

Pero por el momento la comunidad internacional ha escogido la cautela ante la restricción de los derechos de las mujeres, las crecientes denuncias de abusos y el anuncio de un Gobierno interino compuesto únicamente por talibanes y sin presencia femenina. EFE