NUEVA YORK, Estados Unidos.-Dominicanos residentes en Estados Unidos y en España, organizados en Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad en la República Dominicana, repudiaron que el expresidente Leonel Fernández sea observador de las elecciones de México, como parte de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Las elecciones generales de México se celebrarán este domingo, 1 de julio, y Leonel Fernández encabeza la misiónd e observadores de la OEA.
En un documento de protesta, los dominicanos de EEUU y España afirman que Leonel Fernández carece por completo de idoneidad, debido a los escándalos de corrupción que se registraron durante sus mandatos en la República Dominicana.
Asimismo, señalaron que la empresa Odebrecht, centro del caso de corrupción, fue una de las donantes de dinero a la ONG del presidente Fernández, la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).
“La única razón por la que el ex presidente Fernández no ha sido juzgado y condenado es que la justicia dominicana se halla en un estado de secuestro político de parte del Partido de la Liberación Dominicana que él preside y que dispone del poder absoluto, de todos los poderes del Estado, prensa y sectores de iglesia incluidos”, afirmaron.
A continuación el documento de denuncia:
Grupos de Dominicanos contra la impunidad de la diaspora objetan observación electoral en Mexico de Ex presidente Fernandez y la fundación FUNGLODE, receptora de donaciones de Odebrecht
Se dice que algo o alguien es idóneo cuando tiene la aptitud, la disposición o la capacidad para un fin determinado. La idoneidad, tanto física como moral, es un requisito sine qua non para que un individuo califique para un puesto. En muchas instituciones exigen un certificado de no antecedentes penales de fecha reciente, cuya emisión, en la República Dominicana, es negada por una multa de tránsito, y en cambio otorgada a grandes delincuentes, especialmente los denominados de cuello blanco, aunque dicho cuello pudiera estar salpicado de sangre o haya cometido delitos de lesa humanidad, de esos que no prescriben, como los delitos de corrupción.
No regateamos su idoneidad física, pero Leonel Fernández carece por completo de idoneidad moral para ocupar puesto alguno, y ni siquiera nos referimos a la eventualidad de su anhelada candidatura presidencial, para un cuarto mandato en la República Dominicana, sino a un puesto en la Organización de Estados Americanos, desde el cual observa y avala elecciones, esta vez las de México.
Leonel Fernández es el presidente de FUNGLODE, fundación que ha recibido fondos de la corporación Odebrecht, desde hace un tiempo envuelta en una cadena de escándalos de sobornos a las más altas esferas de gobiernos, y sobrevaluaciones de obras a nivel continental.
Igualmente, su reputación ha estado en entredicho debido a las acusaciones que le hizo el narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo, quien cumplió condena en una prisión estadounidense y que aseguró haber financiado, entre 2002 y 2004, la campaña electoral de Fernández con fondos provenientes del tráfico de drogas.
Estos fondos, según el narcotraficante Quirino, fueron entregados a varios compañeros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entre ellos al Senador Félix Bautista, a quien recientemente los Estados Unidos le retiró el visado, le prohíbe usar el sistema financiero de los Estados Unidos, país que se reserva el derecho a congelar los bienes del político en ese país.
Ya antes de eso, había sonado internacionalmente su participación protagónica en el caso de corrupción y estafa al Estado dominicano por la compra de aviones Tucano a la empresa brasileña Embraer, subsidiaria de la norteamericana Boeing.
La única razón por la que el ex presidente Fernández no ha sido juzgado y condenado es que la justicia dominicana se halla en un estado de secuestro político de parte del Partido de la Liberación Dominicana que él preside y que dispone del poder absoluto, de todos los poderes del Estado, prensa y sectores de iglesia incluidos.
Leonel Fernández ha dado muestras de que es parte integral de la corporación mafiosa formada por los miembros del comité político de su partido, que se rige por un pacto de complicidad en términos de una corrupción sin límites ni consecuencias.
Es larga la lista de funcionarios civiles y militares de los gobiernos de Leonel Fernández que han sido privados de sus visas norteamericanas y muchos de ellos tienen asuntos pendientes con la justicia de los Estados Unidos por delitos comunes que no han enfrentado debido a la inmunidad, en algunos casos diplomática o parlamentaria, que les garantiza su partido, todavía en el poder absoluto del Estado dominicano.
Es necesario mencionar el caso de Francis Lorenzo, Embajador Adjunto de la República Dominicana ante la ONU. Lorenzo, quien organizaba los eventos internacionales de Leonel Fernández, incluyendo varias reuniones con John W. Ashe, extinto Presidente de la Asamblea General de la ONU, que fue acusado y condenado por el Departamento de Justicia en New York junto al Sr. Ashe y otros políticos corruptos, por convertir la Naciones Unidas en un negocio privado del cual recibieron millones de dólares en sobornos a cambio de favores a empresarios internacionales. La fiscalía de New York señaló que el Sr. Lorenzo, mano derecha de Leonel Fernández, envió los fondos a la República Dominicana, a compañeros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), entre ellos, funcionarios del actual gobierno de Danilo Medina.
Existen pruebas de las múltiples reuniones entre Francis Lorenzo y John W. Ashe con Leonel Fernández incluyendo reuniones en las Naciones Unidas, reunión en la isla Fiji en mayo de 2013, seguida por una visita del Sr. Ashe a Funglode en la República Dominicana en fecha 5 de agosto de 2013. Estos escandalo empañan la figura de Fernández y lo descalifica como un embajador de la transparencia política y la democracia que nos ha negado el y su partido.
En una ocasión, siendo presidente de la república, Fernández llegó a decir que no podía cancelar a los militares comprobadamente envueltos en tráfico de drogas porque entonces tumbarían su gobierno.
En realidad, ni Fernández ni ningún funcionario de su partido han negado con firmeza la corrupción que los ha llevado de sus orígenes en la pobreza a una opulencia jamás soñada, sino que más bien alardean de su impunidad, no hay dudas de que disfrutan hasta lo indecible de la indigencia a la que han sometido al pueblo dominicano, endeudándolo hasta dentro de varias generaciones, y aparentemente se burlan de la indignación generalizada y manifestada en las calles de todos los pueblos del país.
Por todo lo anterior y mucho más, creyendo que es seria la intención de adecentar el ejercicio político en nuestros países, entendemos que Leonel Fernández carece de idoneidad moral para ser un Observador Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que los partidos que participan en las elecciones en México deben de cuestionar la decisión de este organismo internacional al respecto.
En caso de que, por encima de su absoluta carencia de idoneidad moral, la OEA insista en enviarlo a México en calidad de Observador Electoral, sepa el pueblo mexicano que Leonel Fernández no prestará ese servicio en nombre de la República Dominicana, a la que no representa, sino en su propio nombre y el de la Organización de Estados Americanos.
Los dominicanos llevamos dieciocho meses en las calles, vestidos de verde, y en ellas seguiremos luchando por el fin de la corrupción y la impunidad. De ninguna manera nos haríamos representar por el hombre que blindó a los corruptos impunes de su partido, poniéndolos fuera del alcance de la justicia o, mejor dicho, poniendo la justicia a los pies de dichos corruptos impunes.
De la OEA, continuar con sus propósitos de dejar a Leonel Fernández en calidad de observador Electoral en las elecciones de México, a pesar de que ya le hemos comunicado y enviado información sobre los escándalos que arropan a Leonel Fernández, corre el riesgo de perder credibilidad para luchar contra la corrupción. La OEA estará dando un claro mensaje de encubrimiento y de complicidad con la corrupción impune que está devorando no solamente nuestro país, sino todo el continente.