Viena, Austria, 14 jun (Wanda Rudich).- Embarazos no deseados, abortos u operaciones son algunas de las consecuencias que 750 mujeres en Austria denuncian haber sufrido por problemas causados por dispositivos intrauterinos (DIUS) defectuosos de la empresa española Eurogine, contra la que hay ya demandas.
"Ayudaremos a las afectadas a hacer valer ante los tribunales sus reclamaciones contra Eurogine por daños y perjuicios", confirma a Efe Peter Kolba, presidente de la Asociación para la Protección del Consumidor de Austria (VSV).
La VSV presentará además una demanda de responsabilidad civil contra la República de Austria porque las autoridades sanitarias "han tardado casi dos años" en informar sobre los riesgos de determinados lotes y modelos de Eurogine.
Kolba estima que el número de afectadas es mayor y que más mujeres se sumarán a la plataforma abierta por la VSV el año pasado.
ROTURAS DE LOS BRAZOS
En todos los casos se produjeron roturas de los brazos laterales de la espiral, o DIU, que pueden producirse de forma espontánea en el útero o en el momento en que se retira el dispositivo.
Los médicos recomendaron con frecuencia extirpar de urgencia los fragmentos alojados en el útero mediante operación quirúrgica bajo anestesia general.
Dada la diversidad de las consecuencias para las afectadas también varían las sumas de indemnización exigidas, y los casos serán juzgados uno a uno.
DEFECTOS DEL MATERIAL
La empresa, a través de su representante legal en Austria, el bufete FJG, ha admitido, en un comunicado enviado a Efe, que desde 2018 conocía estos problemas y que se deben a "un defecto de fabricación en la materia prima suministrada" por un proveedor, lo que, afirma, hace que los DIUS sean más frágiles.
En su defensa, argumenta que advirtió de inmediato a las autoridades de los países donde se comercializan sus productos.
Además, ordenó una retirada "voluntaria" de los lotes "posiblemente afectados" y dio otras recomendaciones, como la de hacer una histeroscopia para extraer el trozo roto, ya que, asegura, la operación "podía haberse evitado" casi siempre.
Eurogine cree que, en todo caso, las reclamaciones (de hasta 16.000 euros) son "excesivas", al tiempo que estima que sólo el 5,46 % de las usuarias de sus DIUS en Austria han tenido problemas.
RETIRADOS EN ESPAÑA
La Agencia Española de Medicamentos emitió en 2019 una alerta sobre la retirada del mercado de varios lotes de los modelos Ancora, Novaplus y Gold de Eurogine, por defectos del material.
En Alemania se ordenó la retirada de los DIUS de Eurogine, mientras que en Francia incluso los prohibieron temporalmente porque había aumentado el número de embarazos no deseados.
SILENCIO EN AUSTRIA
En Austria, "los médicos no fueron informados del riesgo de rotura hasta dos años y medio después de que la demandada tuviera conocimiento de ello", se afirma en una de las denuncias ya presentadas, según el texto al que tuvo acceso Efe.
Para la SVS, tanto Eurogine como las autoridades austríacas son responsables de esta negligencia, pues ninguna tomó "medidas eficaces" para que la información llegara a médicos y pacientes.
DOLORES FUERTES, OPERACIONES…
"Tenía con frecuencia dolores muy fuertes que, a veces, hasta me impedían estar sentada. El coito era imposible", explica Michelle Radauaer, de 23 años.
Cuenta que su ginecólogo descartó repetidamente una posible conexión con la espiral y que, tras dos años de sufrimientos, otro especialista le retiró el DIU y se descubrió que se había roto.
"Dos días más tarde me operaron con anestesia general para retirar el fragmento, pero los cirujanos no pudieron encontrarlo. Supusimos que había sido expulsado con el flujo menstrual", relata.
Sin embargo, hace poco fue detectado en una ecografía del útero.
Es por eso que, además de una indemnización por el sufrimiento padecido, Radauer quiere que Eurogine le cubra los costes de nuevos exámenes médicos, sobre todo para esclarecer posibles implicaciones que el trozo del DIU podría tener cuando quiera quedar embarazada.
Diane Hoftijzer quiso a toda costa evitar una operación: "intentamos que saliera con el flujo menstrual, con un legrado muy doloroso, con una terapia hormonal para intensificar el sangrado. Nada funcionó, y al final no quedó otra opción que sacarlo con una operación", explica.
"Hubiera deseado que la empresa hubiese ofrecido algo, lo que sea, alguna propuesta de indemnización o, como mínimo, cubrir el gasto de una nueva espiral", añadió Hoftijzer, cuyo caso llega este martes a juicio.
Otra de las afectadas, una madre de dos hijos que pidió el anonimato, tuvo que operarse rápidamente en diciembre de 2020 en Viena, pese a que los hospitales estaban saturados por la pandemia.
"Según los médicos, había peligro de que los brazos se trasladasen al abdomen y ahí podrían causar graves problemas", dice.
"Fue la primera operación de mi vida. Fue muy desagradable y sólo encontraron uno de los dos brazos. Desde entonces estoy sin protección anticonceptiva", lamenta. EFE