Curitiba (Brasil), 10 may (EFE/Alba Santandreu).- En el campamento de los Sin Tierra, en la ciudad brasileña de Curitiba, un grupo de agricultores de piel curtida y camisas rojas echa una partida de cartas bajo la lona. Allí, sobre colchones, duermen desde el lunes cientos de personas para arropar al expresidente Luiz Inácio Lulada Silva.

"Sólo él nos ha ayudado. Mi familia empezó trabajando la tierra con las manos y hoy tienen un tractor", cuenta José Antonio, un campesino que hoy vive en una casa de madera gracias, dice, al trabajo que Lula generó.

El resto de compañeros de partida entra en la conversación y todos tienen alguna palabra de gratitud hacia el líder de los trabajadores, quien hoy será interrogado por primera vez cara a cara por el temido juez Sergio Moro, responsable del caso Petrobras y que ya ha llevado a prisión a poderosos hombres del país.

Un momento crucial en thriller judicial del que Lula es protagonista y que ha movilizado a centenas de seguidores del político que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, hoy imputado en cinco causas penales, la mayoría de ellas por corrupción.

"Lula no es corrupto", asiente convencido un joven de 21 años mientras baraja los naipes. "Él ayudó a mucha gente y estamos aquí para apoyarle", sentencia.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó hoy a los juzgados federales de Curitiba, donde declarará en calidad de imputado por un supuesto caso de corrupción relacionado con la trama destapada en Petrobras.

En otra zona del campamento, levantado junto a las vías del tren, Alexir Dhaga bebe un mate de hierba al lado de una pancarta que dice "Fuera Temer" y entre un intenso olor a comida matiza la supuesta inocencia del exmandatario: "El dinero le gusta a todo el mundo, pero yo creo que a los pobres no nos robó".

El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) ha dejado de lado algunas divergencias cavadas en los últimos años con el expresidente Lula por no haber llevado hasta el final la prometida reforma agraria y ha cerrado filas para defender al político más carismático de Brasil.

Alejado del poder desde hace siete años, Lula continúa movilizando adeptos, sobre todo entre las camadas más pobres de la población, un nicho electoral que el exmandatario intenta reconquistar de cara a las elecciones de 2018, para las que ha dejado su candidatura abierta.

"Yo continuaré apoyando a Lula, los demás no llegan a la suela de sus zapatos", comenta otro de los jugadores de la partida de cartas, quien desliza críticas contra la sucesora del líder del PT, la expresidenta Dilma Rousseff, una mujer de perfil técnico que nunca tuvo el carisma de su creador político.

A pesar del apoyo de la izquierda, Lula, un extornero mecánico sin estudios superiores, cuenta con un amplio rechazo de otra parte de la población, especialmente tras su implicación en el gigantesco escándalo de corrupción en Petrobras.

En silla de ruedas, Narli Recente se ha pintado la cara con los colores de Brasil y se ha desplazado hasta el museo Oscar Niemeyer de Curitiba, donde un grupo de manifestantes se ha concentrado para despotricar contra la corrupción y contra Lula, a quien la Fiscalía acusa de ser el "comandante máximo" de la trama.

"Queremos un Brasil limpio y honesto. Estamos contra el Brasil corrupto que mata en los hospitales públicos. No queremos venganza, queremos justicia", dice a Efe Recente, portavoz del Movimiento Curitiba contra la corrupción.

Otros grupos contrarios a Lula desistieron a última hora de viajar hasta la rica capital del sureño estado de Paraná, después de que el magistrado Moro publicara un vídeo pidiendo a los manifestantes que apoyaban la operación Lava Jato que se quedaran en casa y evitaran conflictos.

Curitiba amaneció hoy completamente blindada y desde primera hora de la mañana centenares de policías cercaron los principales accesos al juzgado donde Lula, por primera vez, prestará declaración personalmente ante el juez Moro.

Según la Fiscalía, Lula es el verdadero propietario de un apartamento en la ciudad costera de Guarujá, en Sao Paulo, que figura en los registros a nombre de la constructora OAS y que le habría sido entregado a cambio de "favores" ilegales. EFE

Lula llega a los juzgados de Curitiba para declarar por supuesta corrupción

Curitiba (Brasil), 10 may (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó hoy a los juzgados federales de Curitiba, donde declarará en calidad de imputado por un supuesto caso de corrupción relacionado con la trama destapada en Petrobras.

Bajo un fuerte dispositivo policial, Lula llegó en un vehículo negro a los juzgados, donde prestará declaración por primera vez ante el juez Sergio Moro, que investiga si el exmandatario recibió un lujoso apartamento el litoral del estado de Sao Paulo en concepto de soborno por parte de la constructora OAS, implicada en el escándalo.

Antes de ingresar en el juzgado, el expresidente saludó a un grupo de simpatizantes que le esperaban en las proximidades y escuchó un tímido cacerolazo organizado por los vecinos de los edificios cercanos.

Decenas de agentes han establecido un perímetro de seguridad alrededor del tribunal ante la presencia de simpatizantes y detractores del líder político, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.

En los balcones de edificios colindantes se pueden ver, según constató Efe, banderas de Brasil y algunos mensajes como "Força Moro" (Fuerza Moro), en referencia al magistrado que encabeza en Curitiba las investigaciones en primera instancia de la trama corrupta.

Lula, que tiene abiertas cinco causas en la Justicia, responderá hoy ante Moro por la propiedad de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá que figura en los registros a nombre de la constructora OAS.

Sin embargo, según las acusaciones, el verdadero propietario sería Lula, que lo habría recibido a cambio de "favores" hechos desde el poder a esa constructora, una de las implicadas en la red de corrupción.

La defensa del exmandatario intentó hasta el último momento retrasar la declaración de Lula, pero el Tribunal Superior de Justicia (STJ) de Brasil negó esta mañana el pedido.

Lula, a pesar del escándalo, aparece como el líder más valorado en las encuestas y el mejor posicionado en caso de competir por la Presidencia en 2018.

El expresidente podría llegar a ser investigado en otros seis procesos más, según solicitó la Corte Suprema con base en las delaciones de 77 exdirectivos de Odebrecht que se sumaron a un acuerdo de colaboración judicial. EFE