San José, Costa Rica (ACAN-EFE).- Más de 3,3 millones de costarricenses acudirán este domingo a las urnas para escoger en segunda vuelta entre el centroizquierdista Carlos Alvarado y el conservador evangélico Fabricio Alvarado al presidente que gobernará el país centroamericano de 2018 a 2022.
El Tribunal Supremo de Elecciones ha anunciado que todo está listo para el proceso electoral, que se realizará en la atípica fecha de domingo de Resurrección de la Semana Santa, pues la Constitución Política establece el primer domingo de abril para segunda ronda.
El ente de comicios también ha manifestado que espera un abstencionismo mayor al 34 por ciento registrado en la primera vuelta del pasado 4 de febrero, por ser Semana Santa y porque la segunda ronda históricamente atrae menos gente.
Un total de 6.542 juntas receptoras de votos abrirán a las 6:00 hora local (12:00 GMT) en todo el territorio nacional y cerrarán 12 horas después, mientras que también estarán operativas mesas de votación en 52 consulados de 42 países.
La contienda presenta la inédita aparición en una segunda vuelta de un candidato de un partido evangélico, Fabricio Alvarado, quien ha logrado unir al voto conservador del país con su discurso en favor de la familia y los valores cristianos.
Fabricio Alvarado, un predicador evangélico que ejerció un tiempo como periodista de televisión, también ha prometido derogar un decreto que permite la fecundación in vitro, convertir el Instituto Nacional de las Mujeres en un Instituto de la Familia, así como evitar el matrimonio homosexual.
Su rival, Carlos Alvarado, un periodista y politólogo del oficialista Partido Acción Ciudadana, ha criticado durante toda la campaña el uso de la religión para pedir votos, algo que está prohibido en la Constitución Política.
El oficialista ha dicho que su propuesta es progresista y que favorece los derechos humanos de todas las personas del país, sin discriminación de ningún tipo.
La última encuesta publicada reveló un escenario de empate técnico entre ambos, lo que ha evidenciado lo cerrado del proceso y la polarización que se ha generado tanto en materia política como religiosa.
El viernes los candidatos se dedicaron a descansar y a compartir con sus familias, y este sábado han recorrido comunidades fuera de la capital para tratar de atraer a los indecisos a pocas horas de que acudan a las urnas.
Grupos artísticos y juveniles expresaron este sábado su apoyo al candidato oficialista.
"En la presente contienda electoral se nos presentan dos opciones diametralmente opuestas: una de ellas es opresiva, excluyente y discriminatoria; la otra es abierta, inclusiva y creativa. Los artistas tenemos claro cuál de esas opciones es la mejor para Costa Rica", afirma el documento firmado por 320 artistas.
En materia económica, ambos candidatos coinciden en la necesidad de una reforma fiscal que aumente los recursos del Estado para paliar el déficit, que en 2017 cerró en el 6,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero difieren en la manera de reducir el gasto.
El conservador Fabricio Alvarado propone recortes a pluses salariales y otros aspectos del gasto, mientras el oficialista pretende una regla fiscal que evite el crecimiento del gasto.
El candidato evangélico también buscará abrir más a la competencia privada mercados sensibles como el de la electricidad y los combustibles, lo que le ha generado apoyo de grupos empresariales.
En la otra acera, Carlos Alvarado tiene ideas más proteccionistas de las instituciones estatales que brinda esos servicios y ha propuesto fortalecerlas.
Los partidos tradicionales del país, Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC), quedaron fuera de la segunda ronda pero también han jugado un papel importante, pues sus principales figuras dieron adhesiones.
El excandidato del PLN, Antonio Álvarez, y un grupo importante de su equipo, dio su adhesión al candidato evangélico, mientras que el exaspirante del PUSC, Rodolfo Piza, apoya al oficialista y firmó con él un documento de trabajo para un Gobierno Nacional.
En la primera ronda Fabricio Alvarado obtuvo el 24,99 por ciento de los votos y Carlos Alvarado el 21,63 por ciento, por lo que para la segunda vuelta hay cerca de un 50 por ciento del electorado por conquistar.
El candidato ganador sustituirá en el poder a Luis Guillermo Solís. EFE