Muchos hondureños votarán este domingo por la salida del presidente Juan Orlando Hernández, quien lleva dos períodos en el poder salpicados por denuncias y acusaciones de corrupción y nexos con el narcotráfico, incluso la creencia de algunos de que estaría intentando prolongar su mandato.

El gobernante, que ganó las elecciones de noviembre de 2013 y asumió su primer período el 27 de enero de 2014, ha reiterado en múltiples ocasiones que las acusaciones que desde Estados Unidos lo vinculan con acciones asociadas al narcotráfico "son falsas".

NARCOTRAFICANTES MIENTEN BUSCANDO PENAS MENORES

Hernández sostiene que las acusaciones son de narcotraficantes hondureños que su Gobierno comenzó a entregar en extradición a EE.UU. desde 2014, perdiendo todos sus negocios al ser desmanteladas las estructuras de sus cárteles y bandas del crimen organizado.

Según el presidente, los narcotraficantes "mienten" ante las cortes de EE.UU. buscando que las condenas a recibir sean menores.

"Nuestras duras acciones contra el crimen organizado también han significado que haya literalmente docenas de narcos hondureños vengativos en las cárceles de Estados Unidos, donde la única arma poderosa que sigue en sus manos es su disposición de dar falsos testimonios. Solían apuntar las balas a sus enemigos, ahora les apuntan con mentiras", indicó Hernández el pasado día 10.

Además, considera que, "una vez que se entiende ese asunto se resuelve el rompecabezas de por qué ahora, después de que el Gobierno hondureño desmanteló los principales cárteles para lograr una reducción del 95 % del tráfico, hay un tsunami de testimonios falsos en los tribunales del Distrito Sur de Nueva York".

UN HERMANO SUYO CONDENADO EN NUEVA YORK POR NARCOTRÁFICO

Desde 2014 las autoridades hondureñas han extraditado a EE.UU. una treintena de narcotraficantes, mientras que otros se entregaron voluntariamente en ese país o fueron capturados en otro por personal estadounidense de la Agencia Antidrogas (DEA).

La situación se tornó más difícil para el presidente luego de que un hermano suyo, Juan Antonio "Tony" Hernández, fue detenido en 2018 en Miami, sur de EE.UU., de donde fue llevado a Nueva York y, en marzo de 2019, condenado a cadena perpetua, más 30 años, por cuatro cargos, entre ellos el tráfico de drogas al país del norte.

Luego de la captura de su hermano, quien era diputado ante el Parlamento hondureño por el gobernante Partido Nacional, la Casa Presidencial de Tegucigalpa dijo en un comunicado que la posición del presidente es que "nadie está por encima de la ley".

El mandatario señaló además que "toda persona debe tener derecho a la legítima defensa y presunción de inocencia".

"El presidente de la República reitera lo que dijo el 24 de octubre de 2016: 'Durante este Gobierno nadie que haya sido señalado por la justicia no tiene, ha tenido ni va a tener ningún tipo de concesiones o privilegios, ya se trate de correligionarios, de mis propios familiares, funcionarios de Gobierno o ciudadanos de otros países'", indicó la sede del Ejecutivo hondureño.

DENUNCIAS SOBRE CORRUPCIÓN

Hernández, quien en noviembre de 2017 ganó unas polémicas elecciones en las que las principales fuerzas de oposición aseguran que hubo "fraude", también ha enfrentado durante los dos periodos que lleva en el poder múltiples denuncias de corrupción, aunque él afirma que su Administración ha combatido con fuerza ese flagelo.

Las denuncias de corrupción también han salpicado a diputados del Parlamento y funcionarios de otras instituciones, lo que en gran medida empañaron los dos mandatos de Hernández.

Las críticas a su Administración aumentaron luego de que en enero de 2020 el Parlamento hondureño no permitió la continuidad de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), que dependía de la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de un acuerdo, cuatro años atrás, con Hernández.

La Maccih dejó al descubierto varios escándalos de corrupción, de los que uno derivó en la captura y encarcelamiento en 2018 de la exprimera dama Rosa Elena Bonilla, esposa del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), quien actualmente enfrenta en libertad el juicio que se le abrió.

LOGROS MACROECONÓMICOS Y OBRAS DE INFRAESTRUCTURA

En los últimos días el presidente hondureño ha resaltado algunos de los logros económicos que él considera más importantes durante los ocho años en el poder, lo que le han reconocido firmas calificadoras como Standard & Poor’s y Moody’s Investors Service.

En opinión de Hernández, al nuevo Gobierno que asumirá el 27 de enero de 2022 le dejará unas financias estables y una proyección de crecimiento económica que oscilará entre el 8 y 9 % el próximo año.

Las cifras macroeconómicas contrastan con las micro, en un país donde la pobreza este año ha superado el 70 % entre sus 9,5 millones de habitantes, según diversas fuentes.

Hernández también se congratula de haber construido muchas obras de infraestructura en puertos, aeropuertos, nuevas carreteras, la reconstrucción de otras y el apoyo a diversos sectores sociales.

Además asegura que gracias a su Gobierno en el país se ha reducido sustancialmente la cifra de homicidios, luego de que antes de que asumiera, en 2014, Honduras figuraba con una tasa de alrededor de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes, la que se ha bajado a más de la mitad.

Pero la oposición no reconoce la obra que deja Hernández y en los últimos días le han reiterado que, "ahora sí, se van", los que han gobernando en los últimos doce años con el Partido Nacional. EFE