SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El terremoto de 7,2 que afectó el pasado sábado el sur de la República de Haití ha dejado cifras preliminares de más de 700 muertos y 2,800 heridos. Hasta el momento la nación ha sido declarada en estado de emergencia y diversos países de la comunidad internacional han externado su solidaridad ante el país caribeño.
Este complejo panorama agrava la situación sociopolítica dejada a raíz del reciente magnicidio del presidente Jovenel Moise el pasado 7 de julio de 2021. Mientras el gobierno lidiaba con altos índices de criminalidad, grupos paramilitares fuertemente armados, el duelo popular y la obligación de celebrar elecciones bajo los términos de sus leyes, deberá disponer acciones para paliar los estragos de un movimiento sísmico que ha hecho colapsar medio estado.
Para el analista político haitiano, escritor y defensor de los Derechos Humanos Robenson Glesile, 11 años después del histórico terremoto de 7 grados en la escala de richter que derrumbó la capital del país (Puerto Príncipe), todavía la nación no “está preparada” para enfrentar desastres naturales de gran magnitud.
Jesús Vásquez: ¿Cómo podrá Haití reponerse de esta tragedia?
Robenson Glesile: Como yo viví el terremoto de 2010 me ha provocado la misma reacción que tuve hace 11 años atrás, ese sentimiento de impotencia, de tristeza y ver que 11 años después no estamos preparados.
No tenemos el nivel suficiente para poder responder a las necesidades de la gente. Lamentablemente, son consecuencias de las malas políticas que tenemos y la víctima siempre es el pueblo haitiano.
Primero el magnicidio del presidente Moise que causó bastante desequilibrio en el sistema y ahora este sismo de gran magnitud, ¿cómo visualiza el panorama político de Haití en estos momentos?
Es un panorama bastante complicado y oscuro en el sentido de que estamos viviendo una crisis política bastante fuerte con el magnicidio del presidente Jovenel Moise y el terremoto, que viene a empeorar la situación.
Con lo que estamos viviendo va a ser muy difícil o casi imposible celebrar las elecciones, que ya estaban muy complicadas, y sumado a eso estamos viviendo una crisis de inseguridad bastante fuerte.
Hoy en día el sur del país está desconectado de la capital, porque justamente ahí viven los grupos armados que impiden que la gente pase por esa ruta, entonces, son situaciones a las que el gobierno actual no puede responder y en las que no se puede garantizar la seguridad.
En base a la experiencia de 2010, ¿los niveles de inseguridad aumentan en este tipo de situaciones?
Con total sinceridad lo que estamos viviendo hoy en día es mucho peor de lo que se vivió en 2010, porque ahora los grupos armados ocupan muchos territorios y el estado haitiano no tiene control sobre estos espacios.
Con este terremoto, creo que la situación va a ser bastante peor, porque todavía el gobierno no puede responder a esta misión básica que es garantizar la seguridad de la gente.
La comunidad internacional destinará una serie de asistencias en favor de Haití, ¿cree que el país podría recuperarse sin este tipo de ayuda humanitaria?
Esa es una pregunta muy difícil, porque personalmente tengo mucho cuidado con la llamada “comunidad internacional”.
Si volvemos al terremoto de 2010 vemos el fracaso de la ayuda humanitaria en Haití; eso sin dudas fue un fracaso terrible de la clase política haitiana y el fracaso de la comunidad internacional en Haití.
Pero, ¿a qué se refiere con fracaso?
Fracaso en todo sentido, el fracaso organizacional, el fracaso de las propuestas prometidas y el dinero que habían dicho que donarían. Fue una gran diferencia entre el dinero que anunciaron y el dinero que realmente llegó al país.
11 años después estamos en la misma situación inicial y nos llama a cuestionarnos, ¿a dónde llegaron esos fondos? Lamentablemente Haití es un país con mucha debilidad institucional y esto deja el terreno bastante grande para que algunos se puedan aprovechar y crezca la corrupción.
¿No se han establecido mecanismos para fiscalizar esta ayuda humanitaria?
No, en el caso nuestro, sin liderazgo, sin preparación, sin visión y sin responsabilidad es muy difícil manejar una situación tan grande.
¿Qué hay de las elecciones en este nuevo contexto?
Lo veo muy difícil para organizarse este fin de año. Los partidos políticos más fuertes no están de acuerdo para poder organizar las próximas elecciones y, aunque haya mucha presión de la comunidad internacional para que Haití organice elecciones, lamentablemente en estas condiciones no se pueden organizar nuevas elecciones.
¿Dónde va a votar la gente que vive en zonas vulnerables? La seguridad del pueblo haitiano es lo más importante en este contexto.
¿Cuáles deberían ser las medidas que tome el gobierno para enfrentar los estragos del terremoto?
Garantizar los derechos de la gente, porque en ese contexto de incertidumbre y de inseguridad, es muy fácil que grupos traten de violar los derechos humanos, como lo vivimos en el terremoto de 2010.
¿Qué acciones gubernamentales aplicadas en 2010 podrían ser efectivas hoy?
Un episodio que fue muy triste para nuestra historia, pudo convertirse en algo muy positivo para nuestro futuro, pero lamentablemente no. Ningún gobierno de 2010 a 2021 tuvo una mirada hacia las catástrofes naturales.
Vamos a vivir con esas catástrofes hasta el fin de nuestros días, pero ningún gobierno ha puesto condiciones para enfrentar este tipo de situaciones como política pública, por eso, cuando pasó lo de ayer estamos como en la fase inicial del terremoto anterior. No hemos aprendido nada y Haití todavía no está preparado para superar una situación tan fuerte.
¿Cuál será el reto más difícil?
Lo más peligroso es que las principales víctimas van a ser los ciudadanos/as, las personas vulnerables. Por otro lado está la corrupción, porque cuando pasan estas cosas mucha gente se aprovecha para poder ganar más dinero.
La corrupción se ha normalizado y lo vimos en el terremoto de 2010. Al día de hoy hay dinero que no sabemos a dónde pararon, se hicieron muchas promesas y al final no cumplieron nada.