Fuente: Bipartisanreport.com/Michelle Hutchinson

REDACCIÓN INTERNACIONAL.-El portal Bipartisan Report publicó recientemente un artículo que incluye numerosos fragmentos de mítines, manifestaciones y entrevistas a partidarios y seguidores del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los materiales, en su mayoría, corresponden al año que ha transcurrido en el cargo, aunque algunos incluidos son de los meses previos durante la campaña.

No es ningún secreto que el ascenso de Donald Trump ha inspirado a los racistas anteriormente tímidos a ser más explícitos en su odio. Estas personas han atacado a los miembros negros del Congreso, emitiendo amenazas de muerte.

Según KTLA, el canal de TV digital, la representante Maxine Waters (D-FL) recibió esta amenaza, que estuvo acompañada por varios insultos raciales: “Si sigues haciendo amenazas contra el presidente, vas a terminar muerta, Maxine, porque te vamos a matar”.

El senador Cory Booker (D-NJ) también enfrentó amenazas, según lo informado por WUSA: “Él es una ignorante hijo de p***, hijo de ***, no puedo soportar a ese hijo de p***. Diciendo que los neonazis y los blancos son el problema. Voy a matar a ese hijo de p***”.

The Houston Chronicle publicó videos que contienen amenazas contra el Representante Al Green (D-TX):

Los materiales están precedidos notas de alerta a los lectores, como esta: “ADVERTENCIA: Las amenazas en las grabaciones a continuación son en extremo NSFW (no apropiadas para el trabajo), en exceso violentas, racialmente cargadas y potencialmente muy angustiantes”.

Esta escalada es anterior a la toma de posesión de Trump. Durante la campaña, sus seguidores se sintieron increíblemente cómodos en sus mítines y expresaron en voz alta sus opiniones.

La ironía probablemente se pierda entre los seguidores de Trump que le gritaron a un indígena: “¡Sal del país! Vete, vuelve a tu casa”.

Los fragmentos de video están precedidos de nuevas advertencias: “Este video no está censurado y contiene blasfemias e insultos raciales”. Y algunos sobre los seguidores de Trump tienen la siguiente aclaración: “Estas citas se transcriben en su totalidad, con obscenidades e insultos intactos”. Entre otros:

“¡Construye el muro! ¡Construye el muro! ¡A la mierda esos sucios frijoleros! ¡Construye el muro!”

 “¡A la mierda el Islam! Dios bendiga a Donald Trump”.

“Sieg heil”.

“¡Jode a ese negro!”

“¡Sal de aquí, marica!”

“¡Hillary es una puta!”

“¡Perra! Vete a la mierda, Hillary! ¡Vagabunda!”

 “Cuelguen a la perra”.

 “¡Mátala!”

Sus seguidores incluso salieron en cámara y defendieron la esclavitud, como institución benevolente. VER.

Incluso antes de que Trump fuera tomado en serio como candidato, los conservadores ultraderechistas estaban generando un movimiento de odio. El catalizador de esta explosión previa de sentimientos racistas siguió de cerca la elección de Barak Obama a la presidencia.

Los mítines del Tea Party, el grupo de ultra derecha dentro del partido Republicano, de 2009 fomentaron una atmósfera de racismo explícito:

El mismo Trump se hizo eco de esta obsesión apoyándose en los genes y las líneas sanguíneas. De hecho, Donald Trump tiene una historia muy sórdida de racismo. Un ejemplo especialmente indignante proviene del libro biográfico para el que se entrevistó a Trump. Dijo: "Creo que el tipo es vago. Y probablemente no sea su culpa porque la pereza es un rasgo en los negros. Realmente lo es. Yo lo creo”.'

Los sentimientos racistas antiinmigrantes han alcanzado un nivel que en algún momento hubiera sido imposible creer que no fuera una parodia. A primera vista, los partidarios de Trump en un evento parecerían complacerse con el odio antiinmigrante habitual, que se centra en las personas de origen hispano y latino. A pesar de que este comportamiento es ahora una rutina en la “América” de Trump, el impacto de las acciones y declaraciones reales de estos seguidores de Trump sigue siendo estremecedor.

El Arizona Capitol Times reportó desde la escena de una manifestación pro-Trump de la reforma antiinmigración en los terrenos del Capitolio en Phoenix lo que sigue:

“Lisette Flores y Selianna Robles dijeron que les gritaron cuando caminaron desde el Senado hasta el jardín de la Casa, pasando directamente entre los seguidores de Trump, para almorzar en un mercado de agricultores. Tres compañeros de trabajo blancos se ofrecieron para escoltarlas hasta sus oficinas.

 “Robles dijo: ‘Estamos caminando de regreso, y comienzan a gritar de nuevo, 'Váyanse del país'. En ese punto, señalaron a Lisette, la llamaron ilegal y dijeron: '¡Vete, regresa a tu casa!"' Dijo Robles. "Pero entonces señalaron a Jane (Ahern), que trabaja para la Casa, y dijeron: 'No, tú puedes quedarte'. Ahern es blanco'.

Aunque los manifestantes a favor de Trump negaron la exclusión de personas, alegaron que simplemente ellos están "en contra de la inmigración ilegal y no creen que los activistas, que ellos alegaron que son indocumentados, tengan derecho a presionar a los legisladores estatales".

La prueba en video muestra muchas instancias de la facción pro Trump:

“Al negar las acusaciones, Caminiti-Harrison y Antone respondieron que su grupo fue hostigado por los activistas de LUCHA. En una transmisión en vivo de la protesta subida en Facebook por Antone, se pudo escuchar a un miembro de LUCHA decirle a un partidario negro de Trump: "Tú vas a ser el primero que van a linchar".

Se pudo escuchar a los seguidores de Trump decir: 'Esos tipos son ilegales… No tienen ningún derecho aquí. Este no es su tiempo. Este es nuestro momento. Nuestra nación. Nuestras leyes Nuestras calles”.

El blanco siguiente de estos manifestantes antiinmigración consistió en una elección curiosamente irónica. El representante estatal Eric Descheenie (D-Chinle) fue abordado por los manifestantes, probablemente debido a su tez más oscura que blanca.

Le exigieron que dijera si él estaba en el país ilegalmente. Irónicamente, el representante Descheenie es navajo, una raza aborigen, y tiene un linaje en esa tierra que va mucho más atrás que cualquiera de los manifestantes presentes.

Cuando se le pidió un comentario sobre el incidente, dijo: “Soy indígena de estas tierras. Mis antepasados lucharon y murieron en estas tierras. Yo solo les dije, ‘No me hagan esa pregunta’”.

La ironía probablemente se pierda entre los seguidores de Trump que le gritaron a un indígena: “¡Sal del país! Vete, vuelve a tu casa”.

Tan ridículo como resulta esto es el fervor ciego de estos manifestantes que apunta a una tendencia peligrosa. Siguiendo el ejemplo de su salvador Trump, han abandonado el discurso tranquilo y racional. De manera significativa, el peso de esta frustración está dirigido a las personas, no a las ideas.

La suposición de que cualquier persona con un tono de piel diferente es un inmigrante ilegal indica que la causa de este odio no se basa en una preocupación genuina por la seguridad fronteriza, sino en un tribalismo profundamente arraigado.