Fuente: O Globo
Una objeción que ha estado latente en Brasil durante los procesos de investigación y legales que están en marcha en Brasil, apunta a la supuesta inclinación de los órganos de la justicia contra el Partido de los Trabajadores (PT), y en especial, sus dirigentes principales, lo que llaman “lulopetismo”.
Recientemente, el presidente brasileño, Michel Temer, y Aécio Neves, su principal asociado, han sido blanco de las investigaciones. Temer milita en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el cual preside. Neves, político y economista, es miembro del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuya presidencia ocupa desde 2013.
Sin embargo, la operación Lava Jato siempre acaba regresando a al expresidente Luis Ignacio Lula da Silva, porque todo indica que es la figura central de la organización delictiva que está siendo expuesta.
A continuación, reproducimos el editorial del diario O Globo de hoy miércoles 24 de mayo de 2017 que aborda el tema.
El caso JBS desmiente operación teleguiada anti-PT
La delación de Joesley, al citar a Aécio Neves, confirma el carácter multipartidista de la corrupción, y aún ayuda a invalidar el discurso de que el blanco único es el lulopetismo.
El mensalão* del Partido de los Trabajadores, denunciado en 2005 por uno de sus beneficiarios, el entonces diputado fluminense Roberto Jefferson, surgió multipartidista. Por ser un esquema de compra literal de apoyos para el montaje de la base parlamentaria en el primer mandato de Lula, necesariamente, enredaría a varias leyendas.
Y fue por eso que entre los participantes del mensalão denunciados al Supremo, además de petistas (miembros del PT), había un buen número de representantes del PP (Partido Popular), del PTB (Partido Laborista de Brasil) y del PL (Partido Liberal), luego rebautizado de PR (Partido de la República), después de unirse al Prona (Partido de la Reconstrucción del Orden Nacional).
Hasta por el estilo de fisiologismo salvaje adoptado por el lulopetismo en la cooptación de partidos, organizaciones de la sociedad y movimientos supuestamente sociales, aquella alianza espuria cosida en la campaña de 2002 y lanzada en el mensalão no hizo más que extenderse. Con los miles de millones extraídos de Petrobras en colusión con contratistas, y la pulverización partidaria, la fiesta creció.
Ahora, con la delación de los hermanos Joesley y Wesley, del grupo JBS, la tendencia multipartidista de la corrupción se confirmó, con la implicación del senador “tucano” Aécio Neves, presidente del PSDB, cuya acierto con Joesley, en torno a R$2 millones, fue grabado. No hay que olvidar que en los testimonios de Odebrecht a Lava Jato hay otros tucanes citados, como el ministro de Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, José Serra y Sérgio Guerra, ya fallecido.
Si hubo algún lulopetista animado con la tormenta que golpea a Michel Temer, el "golpista", y Aécio, la tercera denuncia contra Lula hecha por el Ministerio Público a la Justicia de Paraná en la Lava Jato, debe haber acabado con ese buen humor.
Se reafirma el carácter multipartidista de la corrupción. Esta vez, se trata del caso del sitio de Atibaia, cerca de la ciudad de São Paulo, en la que están visibles las huellas digitales de la OAS y de Odebrecht, las empresas contratistas del petrolão**.
En la Lava Jato hay testimonios sobre cómo las dos empresas, a cambio de grandes contratos con Petrobras, pagaron sobornos al expresidente en forma de obras en el inmueble.
A la OAS, entre otras empresas, cupo equipar la cocina del sitio y también la del tríplex del Guarujá, en el edificio construido por la empresa. Este apartamento consta de otro proceso, también en Lava Jato, contra Lula. Además, en el caso del sitio están el Grupo Schahin y el empresario ganadero José Carlos Bumlai, amigo de Lula, intermediario de la exótica operación por la que, según la denuncia, obtuvo préstamo del Schahin para el PT, saldado con la firma con el grupo de un contrato de trabajo alquiler de buque-sonda por Petrobras.
Este gran arco multipartidista que se cierra con Aécio Neves tiene, además, el efecto de invalidar de una vez el discurso de que la actuación del Ministerio Público y de la Justicia en el combate a la corrupción apunta sólo al lulopetismo. Los hechos demuestran que no es así. No hay prejuicios. Lo que existe es una corrupción expandida.
* Mensalão: Significa “gran mensualidad o “gran mesada”. Se emplea para referirse a la crisis política sufrida por el gobierno brasileño en 2005 en relación con un caso de corrupción política en la Cámara de Diputados de Brasil. (N. del T.)
** Petrolão: Esquema multimillonario de sobornos de las grandes constructoras con la empresa petrolera estatal Petrobras.