Brasilia, Brasil, 25 may (EFE).- El presidente brasileño, Michel Temer, revocó hoy un polémico decreto mediante el cual encomendó a las Fuerzas Armadas la seguridad en las calles de Brasilia, después de unas masivas y violentas protestas que exigían su renuncia.
La revocación del decreto dictado este miércoles fue publicada en el Diario Oficial y explica que una vez "cesados los actos de depredación y de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden", la presencia de las tropas en las calles ya no es necesaria.
La decisión de enviar al Ejército a las calles de Brasilia fue tomada el miércoles tras una manifestación convocada por sindicatos que derivó en graves actos de violencia en la Explanada de los Ministerios, avenida que concentra todos los edificios del poder público.
Varios de los ministerios fueron atacados por manifestantes, que incendiaron la planta baja de la sede de la cartera de Agricultura, en medio de disturbios que dejaron unos 50 heridos, uno de ellos de bala.
Jungmann apuntó que el Gobierno hará todo lo "necesario" para que se mantenga la "paz", pues "no hay democracia sin orden", y señaló que la premisa del Ejecutivo es "dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada".
La Policía Militar calcula que en la protesta participaron unas 50.000 personas, que en su mayoría exigía la renuncia de Temer, salpicado en casos de corrupción que llevaron a la Corte Suprema a iniciar una investigación en su contra.
El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, explicó a periodistas que Temer también decidió que la Abogacía General del Estado inicie una investigación para determinar el daño causado por los manifestantes, que serán "identificados" para que "respondan" ante la ley, apuntó.
Según el ministro, "el empleo de las Fuerzas Armadas frente a situaciones de violencia está previsto en la Constitución y ya ha ocurrido en otras situaciones, incluso recientes", entre las que citó problemas de seguridad en Río de Janeiro y otros estados del país.
También aclaró que "las Fuerzas Armadas participaron solamente en la custodia de edificios públicos" y "no actuaron de ningún modo en la represión a los manifestantes", que estuvo a cargo de los cuerpos policiales de Brasilia.
Jungmann apuntó que el Gobierno hará todo lo "necesario" para que se mantenga la "paz", pues "no hay democracia sin orden", y señaló que la premisa del Ejecutivo es "dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada".
El decreto dictado este miércoles autorizaba la presencia en las calles de un total de 1.500 soldados, pero solo 200 fueron movilizados cerca a los edificios públicos situados en la céntrica Explanada de los Ministerios de Brasilia. EFE