Río de Janeiro, 6 jun (EFE).- El expresidente de la Cámara de Diputados Henrique Eduardo Alves, que fue ministro de Turismo en los gobiernos de Dilma Rousseff y Michel Temer, fue arrestado hoy en una operación que investiga desvíos en uno de los estadios que Brasil construyó para el Mundial de fútbol que organizó en 2014.
Alves fue detenido en una operación destinada a investigar a sospechosos de corrupción y lavado de dinero por cobrar un sobreprecio de 77 millones de reales (unos 24 millones de dólares) por la construcción del estadio Arena das Dunas de la ciudad de Natal (nordeste), informó la Policía Federal.
El exdiputado, un importante correligionario de Temer en el mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y destacado líder oficialista en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y de su sucesora Rousseff, fue arrestado en su residencia particular en Natal, capital del estado de Río Grande do Norte.
La operación fue realizada con base en las confesiones hechas por ejecutivos de la constructora Odebrecht en el marco de un acuerdo de colaboración con la Justicia a cambio de reducciones en sus futuras condenas.
"Hubo pedidos (de donaciones para campañas electorales del PT por Lula), como hubo de todos los presidentes de Brasil y del exterior. Ellos siempre pedían ayuda", comentó Odebrecht, hijo de Norberto Odebrecht, quien fundó en 1944 el grupo.
La investigación igualmente está vinculada al gigantesco escándalo de desvíos en la petrolera estatal Petrobras, que adjudicaba contratos amañados a empresas como Odebrecht a cambio de los sobornos pagados por estas compañías a políticos que amparaban las corruptelas.
La operación realizada por la Policía Federal este martes tuvo por objetivo cumplir cinco órdenes de detención, una de las cuales contra Alves y otra contra el también expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, que está preso desde el año pasado y condenado por su responsabilidad en los desvíos de Petrobras.
Los 80 agentes de la Policía Federal que participaron en la operación también cumplieron seis mandatos de conducción coercitiva, cuando el acusado es obligado a acudir a declarar a una comisaría, y 22 de registro en diferentes residencias y oficinas en los estados de Río Grande do Norte y Paraná.
Según los responsables por la investigación, tanto Alves como Cunha solicitaron y recibieron "ventajas indebidas" por favorecer a las dos empresas que se adjudicaron los contratos para la construcción del estadio de Natal.
Los dos parlamentarios fueron acusados de haber recibido las ventajas ilegales tanto en la forma de donaciones electorales para sus campañas electorales en 2012 y 2014 como en la forma de comisiones ilegales directas.
"A partir de las confesiones premiadas en investigaciones que tramitan en la Corte Suprema y gracias al levantamiento de los sigilos fiscal, bancario y telefónico de los involucrados, fueron identificados diversos valores recibidos como donación electoral oficial entre 2012 y 2014, que, en realidad, se trataban de coimas", según el comunicado de la Policía Federal.
Alves, uno de los ministros de Rousseff que Temer mantuvo en su gobierno, fue obligado a renunciar en junio del año pasado luego de que fuera salpicado en un escándalo de corrupción también vinculado a los desvíos de Petrobras.
El entonces ministro fue denunciado por el expresidente de Transpetro Sergio Machado, uno de los involucrados en el escándalo de la petrolera, en el marco de un acuerdo de colaboración con la Justicia.
Machado denunció que entregó dinero procedente de la corrupción a una veintena de políticos de cinco formaciones y, sobre todo, del PMDB, la formación de Temer y Alves. EFE
Patriarca de Odebrecht declara en causa contra Lula por supuesta corrupción
Sao Paulo, Brasil (EFE).- Emilio Odebrecht, patriarca de la familia Odebrecht, que da nombre al grupo implicado en un gigantesco caso de corrupción de dimensión internacional, testificó ante la Justicia brasileña en una causa penal contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por supuesta corrupción.
Odebrecht declaró este lunes en la ciudad de Curitiba ante el juez federal Sergio Moro, responsable en primera instancia por la investigación del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, investigado desde hace más de tres años.
El patriarca acudió en calidad de testigo de la Fiscalía en el marco de un proceso abierto contra el expresidente, implicado en supuestos fraudes en la adquisición de un terreno para el instituto fundado por el exmandatario y de un ático vecino a su residencia particular, en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo.
La Fiscalía sospecha que estos fueron adquiridos a nombre de testaferros con dinero de Odebrecht que, en realidad, era producto de sobornos pagados al expresidente por su intermediación en contratos obtenidos por esa empresa con la petrolera estatal.
Odebrecht dijo a Moro que en las reuniones que mantuvo con Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, "hubo pedido" de "ayuda" para las campañas electorales del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula, aunque sin entrar en ningún tipo de valores.
"Hubo pedidos (de donaciones para campañas electorales del PT por Lula), como hubo de todos los presidentes de Brasil y del exterior. Ellos siempre pedían ayuda", comentó Odebrecht, hijo de Norberto Odebrecht, quien fundó en 1944 el grupo.
El patriarca comentó que tanto él como Lula nombraban a personas de su confianza para, posteriormente, negociar esas supuestas ayudas electorales, que en el caso del expresidente era, según declaró, el exministro de Hacienda Antonio Palocci.
Esta es una de las cinco causas penales que tiene abiertas con la Justicia el exmandatario, la mayoría relacionadas con el caso de corrupción en Petrobras.
La información de Odebrecht ya constaba en la delación en la que participó junto con otros exdirectivos del grupo, la cual fue homologada por la Corte Suprema y cuyo contenido, divulgado en abril pasado, sirvió para abrir 76 investigaciones contra casi cien políticos con fuero privilegiado, entre ellos 8 ministros del actual Gobierno.
En ese acuerdo con la Justicia, los exdirectivos de Odebrecht confesaron el pago de millonarios sobornos a decenas de políticos en Brasil a cambio de la obtención de contratos y legislación a favor de la compañía, una práctica que también llevaron a cabo en otra decena de países de Latinoamérica y África.
De acuerdo con esos testimonios, Odebrecht pagó 3.370 millones de dólares en sobornos entre 2006 y 2014, los cuales muchas veces se camuflaban como financiación de campañas electorales.
Además de pedir disculpas públicamente, Odebrecht ha firmado acuerdos por los que se comprometió a pagar multas millonarias a los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil, República Dominicana y Suiza para compensar los actos ilícitos por los que se le investiga. EFE