Brasilia, 7 jun (EFE/Eduardo Davis).- La validez probatoria de la confesión del grupo Odebrecht, que admitió haber financiado ilegalmente la campaña electoral de la destituida Dilma Rousseff y el mandatario Michel Temer, atascó hoy el juicio que puede desalojar al gobernante.
El proceso que tramita en el Tribunal Superior Electoral sobre la presunta financiación ilegal de esa campaña de 2014 dedicó casi toda la sesión de hoy a analizar el rol de Odebrecht en esos hechos, pero sobre todo puso en tela de juicio la validez de la confesión, aunque sin llegar a conclusiones.
Las defensas de Temer y Rousseff demandaron la nulidad de las pruebas recogidas con Odebrecht, alegando que fueron introducidas durante el curso del proceso y no constaban en la acusación inicial, y que se trata de simples "delaciones no comprobadas" y por tanto deben ser consideradas "inválidas".
En los testimonios que prestaron a la justicia, los exdirectivos de Odebrecht confesaron que el grupo entregó al menos 150 millones de reales (hoy 45 millones de dólares) para la campaña de la formula Rousseff-Temer.
Según Marcelo Odebrecht, expresidente de la empresa, parte de ese dinero no fue declarado y correspondió a sobornos pactados dentro de la trama corrupta de Petrobras, con la que la constructora obtenía contratos amañados a cambio de apoyo financiero.
El problema radica en que la confesión de Odebrecht ocurrió casi dos años después de la instauración del juicio, lo que incluso para algunos de los siete miembros de la corte electoral, como Napoleão Maia, pudiera impedir que sea utilizada en el proceso.
El instructor del caso en la corte electoral, Herman Benjamin, se negó a que esos testimonios sean anulados, insistió en que integran toda la trama que se investiga y señaló que es "más que público" que esa financiación ilegal de Odebrecht es parte "central" del proceso.
"Hasta los indios que no han tenido contacto con la civilización saben de eso", sostuvo Benjamin, quien subrayó que el papel de esa constructora en las supuestas irregulares que se investigan en la campaña de Rousseff y Temer "no es una invención del instructor".
Sobre las alegaciones de las defensas, que insisten en rechazar elementos de prueba que no fueron tomados en cuenta en la acusación inicial, Benjamin declaró que "no hay hechos nuevos, sino hechos que no eran explícitos" cuando se instauró el proceso y ahora lo son.
El debate sobre ese punto continuará mañana, cuando el Tribunal Superior Electoral pretendía concluir el proceso, aunque el propio presidente de la corte, Gilmar Mendes, avisó hoy que puede convocar sesiones extraordinarias para el viernes y el sábado próximos, si fuera necesario.
En el juicio está en riesgo la continuidad de Temer en el poder que heredó de Rousseff el año pasado, cuando la entonces presidenta fue destituida por irregulares manejos de los presupuestos.
Si hubiera una sentencia condenatoria, la victoria de la fórmula Rousseff-Temer en los comicios de 2014 sería anulada y el Congreso debería convocar a una elección parlamentaria indirecta para escoger a quien concluirá el período que vence el 1 de enero de 2019.
No obstante, Temer podría apelar a la sentencia y mantenerse en el poder hasta tanto se agoten todas las posibilidades de recursos, lo cual pudiera consumir meses de trámites en los tribunales.
El proceso en la corte electoral es sólo uno de los frentes que el presidente tiene abiertos en la justicia, ya que también enfrenta la amenaza de tener que responder ante el Supremo por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.
Esas sospechas, sobre las que la Corte Suprema ha iniciado una investigación contra Temer, se desprenden de explosivos testimonios de directivos del grupo cárnico JBS, que dicen haber sobornado al actual gobernante desde 2010 a cambio de "maniobras" políticas que habría realizado para favorecer a esa empresa. EFE