Brasilia, 3 jul (EFE/Eduardo Davis).- Una comisión de la Cámara baja comenzará a debatir este martes la denuncia por corrupción que la Fiscalía formuló contra el presidente brasileño, Michel Temer, lo que hoy dio lugar a un intenso cabildeo tanto en el oficialismo como en la oposición.
El primer escollo que deberá sortear la denuncia que puede llevar a Temer a un juicio penal y hasta a su eventual destitución, será la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara de Diputados, cuyos 66 miembros tendrán su primera reunión sobre el caso este martes.
En la primera de las 15 sesiones que puede consumir el asunto, el presidente de la comisión, Rodrigo Pacheco, nombrará al diputado que actuará como instructor de este espinoso caso, que se fundamenta en denuncias hechas por ejecutivos del grupo cárnico JBS en el marco de un proceso de colaboración judicial.
Según los directivos de esa poderosa empresa del sector cárnico, Temer recibió sobornos a cambio de "favores políticos" que hizo para ese grupo desde 2010 y esas prácticas siguieron a partir de mayo de 2016, cuando asumió la Presidencia tras el inicio del proceso que acabó con la destitución de la anterior mandataria, Dilma Rousseff.
En medio de ese clima y de la tensa espera por el nombramiento del instructor, Temer fue sorprendido hoy por una decisión de la Comisión de Ética de la Presidencia, un colegiado independiente que fiscaliza la actuación de los miembros del Gobierno y que anunció la apertura de una investigación contra dos ministros
El cargo de instructor de esa comisión es considerado clave en medios políticos, ya que el informe que elaborará quien tenga esa responsabilidad guiará los trabajos de la comisión e incluso luego la votación definitiva en el pleno de la Cámara de Diputados.
Si en esa instancia se recomendara acoger la denuncia, la Corte Suprema quedará autorizada para iniciar un proceso penal contra el mandatario, quien en ese caso sería suspendido del cargo durante los 180 días que duraría un proceso que, si concluyera que es culpable, acabaría con su destitución.
El diputado Pacheco, quien pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el propio Temer, mantuvo hoy en reserva el nombre del instructor que nombrará mañana, pero reiteró que será alguien con una "relativa independencia".
A pesar de su cercanía con el jefe de Estado, Pacheco dijo que "es vergonzoso para los brasileños ver al presidente denunciado por supuesta corrupción" y garantizó que, si las hubiera, resistirá a las "presiones políticas" que puedan intentar influir en el caso.
La base política de Temer cuenta con unos 40 diputados entre los 66 miembros de la comisión, pero aún así en el oficialismo se teme que haya quien pueda sumarse a la oposición y votar por admitir la denuncia.
Por esa razón, los líderes de los partidos que apoyan a Temer se concentraron hoy en reuniones en las que instaron a sus diputados a "mantener la unidad" frente a una denuncia "basada en hilaciones", según afirmó Roberto Mansur, subjefe del oficialismo en la Cámara baja.
La minoritaria oposición hizo lo propio y, según la diputada Erika Kokay, del Partido de los Trabajadores (PT), si se escoge como instructor del caso a un parlamentario de la coalición de Gobierno, los adversarios de Temer "harán todo lo posible para obstruir" el trabajo del comité y "presionarán" por la aceptación de la denuncia.
En medio de ese clima y de la tensa espera por el nombramiento del instructor, Temer fue sorprendido hoy por una decisión de la Comisión de Ética de la Presidencia, un colegiado independiente que fiscaliza la actuación de los miembros del Gobierno y que anunció la apertura de una investigación contra dos ministros.
Se trata de los titulares de Ciencia y Tecnología, Gilberto Kassab, e Industria, Marcos Pereira, a los que directivos de JBS han citado como supuestos beneficiarios de comisiones ilegales pagadas a cambio de maniobras políticas que favorecieron a ese grupo.
Por los mismos motivos, la comisión investigará al exministro de la Secretaría de Gobierno Geddel Vieira Lima, un hombre de la mayor confianza de Temer y quien dimitió el año pasado acorralado por sospechas de corrupción referidas a otros asuntos. EFE