Río de Janeiro, 22 sep (EFE).- La detención del exministro Guido Mantega, uno de los hombres fuertes de Brasil bajo la gestión del Partido de los Trabajadores, y su liberación horas después por su delicada situación personal, desató hoy un nuevo escándalo y elevó la tensión política en vísperas de las elecciones municipales.
Brasil amaneció con la noticia de la detención de quien fuera el poderoso ministro de Hacienda durante los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y de su sucesora, Dilma Rousseff.
Mantega está acusado de negociar financiación ilegal para cubrir una deuda de la campaña electoral que en 2010 llevó a Rousseff a la Presidencia y al actual mandatario, Michel Temer, a la Vicepresidencia de Brasil.
Las circunstancias del arresto provocaron un aluvión de críticas desde las filas del Partido de los Trabajadores (PT), que calificó la detención de "inhumana y arbitraria".
El exministro fue detenido en un hospital de Sao Paulo donde acompañaba a su esposa mientras se sometía a una cirugía por un cáncer, aunque la orden de detención en su contra había sido dictada el pasado agosto.
Las circunstancias del arresto provocaron un aluvión de críticas desde las filas del Partido de los Trabajadores (PT), que calificó la detención de "inhumana y arbitraria".
En medio del escándalo y apenas horas después, el juez federal Sergio Moro, que investiga la trama de corrupción en Petrobras, ordenó su puesta en libertad argumentando que desconocía su situación personal y que el hecho de que pueda acompañar a su esposa en el hospital no afecta a la investigación.
Mantega, el poderoso ministro de Hacienda entre 2006 y 2015, fue acusado de solicitar donaciones ilegales para el PT a empresarios favorecidos irregularmente con contratos de Petrobras tras una investigación que derivó en la detención de otros seis empresarios sospechosos de participar en el pago de sobornos.
Entre ellos figuran directivos de la constructora Mendes Junior y el director en Brasil de la ingeniería española Isolux, Francisco Corrales, que prestó declaración en Sao Paulo y será conducido a Curitiba, el centro de operaciones de la fiscalía, según confirmaron a Efe fuentes policiales.
Los fondos fueron supuestamente pagados por empresas que se adjudicaron contratos con Petrobras de forma fraudulenta y que, según las investigaciones, se destinaron a dirigentes del PT, al pago de deudas de campaña del partido y a un intermediario que ha sido condenado por la entrega de sobornos al Partido del Movimiento Democrático (PMDB) de Michel Temer.
La prueba decisiva contra Mantega es el testimonio del empresario Eike Batista que le acusó de pedirle que pagara 2,35 millones de dólares de "deudas" de una campaña electoral.
El expresidente Lula atribuyó la detención de su antiguo colaborador a una campaña política contra el PT a pocos días de las elecciones municipales del 2 de octubre.
"Se están acercando las elecciones y ellos vienen encima del PT", denunció el expresidente, que esta semana se sumó a la lista de acusados por corrupción y lavado dinero en el marco de las investigaciones sobre la trama corrupta de Petrobras.
"Quien lo hizo (desvió recursos públicos) tiene que pagar por eso sin dolor ni piedad. Pero es necesario que las personas no sean juzgadas por titulares de prensa antes de que se investigue si hubo crimen o no", afirmó Lula.
Además de correligionario de Lula y Rousseff en el PT, Mantega, de 67 años, fue durante años uno de los principales ideólogos económicos del mayor partido brasileño de izquierda.
Se estrenó en el Gobierno en el Ministerio de Planificación y la presidencia del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
En 2006 asumió la cartera de Hacienda cuando su predecesor tuvo que dimitir precisamente por un escándalo de corrupción.
Como ministro de Hacienda, Mantega también asumió la presidencia del Consejo de Administración de Petrobras, lo que supone que por sus manos pasaron las cuentas y los planes de inversiones de la petrolera durante años en los que fueron desviados de sus arcas miles de millones de dólares.
Mantega también es investigado por sospechas de maniobras ilegales en otro escándalo de corrupción referido a un órgano de control fiscal. EFE