Puerto Príncipe, 7 feb (EFE/Carmen Jiménez).- El nuevo presidente de Haití, Jovenel Moise, de 48 años, es un joven empresario del banano que ha logrado alzarse con el triunfo en los comicios en su primera incursión en la política.

Moise, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), ganó los comicios de octubre de 2015, pero los resultados fueron invalidados tras confirmarse irregularidades, por lo que se convocaron nuevas elecciones, que tras ser pospuestas en varias ocasiones, finalmente se celebraron el 20 de noviembre del año pasado.

El empresario logró el 55,60 % de los votos, lo que supuso su victoria en la primera vuelta de los comicios, en el que quedó en segundo lugar, Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh), con el 19,57 % de los votos.

Moise llegó a la política de la mano del expresidente haitiano Michel Martelly (2011-2016), quien lo designó en 2015 como candidato a la Presidencia por el PHTK, el partido que él fundó.

En las últimas semanas, Moise se ha visto involucrado en un caso de presunto lavado de dinero, según un informe de la Unidad Central de Información Financiera (Ucref) publicado recientemente, aunque la investigación se había abierto en 2013

Casado y con tres hijos, Moise nació en Trou du Nord, en el noreste del país, en el seno de una familia modesta y ligada estrechamente al campo.

Hijo de un mecánico y agricultor y de una costurera y comerciante, Moise emigró con su familia a Puerto Príncipe en julio de 1974, donde hizo sus estudios primarios y secundarios, y posteriormente estudió ciencias de la educación en la Universidad Quisqueya.

Sus principales bazas en la campaña electoral fueron sus raíces vinculadas al campo y el éxito que logró en varios proyectos empresariales.

Moise hizo su incursión en el mundo de los negocios con su primera empresa, Jomar Auto Parts, dedicada al mundo del automóvil y que hoy día sigue en pie.

Animado por el éxito de su compañía y su entusiasmo por el campo, creó posteriormente un exitoso proyecto agrícola que acabaría convirtiéndole en un próspero emprendedor.

Su campaña electoral tuvo como eslogan "Nèg Bannann Nan" ("El hombre banana") en alusión a la historia de éxito de sus empresas, entre ellas una de plantación de bananos orgánicos, que generó más de 3.000 puestos de trabajo directos y más de 10.000 indirectos.

Moise ofreció en su campaña cambiar el rumbo de Haití, y lograr un Gobierno capaz de atender las necesidades de la población.

"Soy alguien del campo (…) tenemos un país con tremendo potencial y tenemos grandes ideas para transformar este país", reiteró en la campaña electoral Moise.

Una campaña en la que su máxima política fue la de continuar impulsando los proyectos de desarrollo de Martelly, quien dejó el poder en febrero de 2016 año después de que concluyera su mandato presidencial sin que se hubiera elegido a su sucesor debido a la crisis política.

Haití fue dirigido desde febrero del año pasado por un Gobierno provisional que encabezó el expresidente del Senado, Jocelerme Privert.

El nuevo presidente haitiano es partidario de la innovación en sectores claves para lograr la prosperidad de Haití.

En enero pasado, después de que el Consejo Electoral Provisional (CEP) de Haití confirmara su triunfo en los comicios, Moise aseguró que trabajará para todos los haitianos, "para los que votaron por mí y para aquellos que no lo hicieron".

En esa oportunidad, Moise dedicó su victoria "a todos los jóvenes que están buscando empleos y un mejor futuro para un país nuevo".

Moise agregó que promoverá "otra imagen de Haití", para dar a conocer el lado bueno del país y no solo "a los que queman neumáticos en las calles".

En las últimas semanas, Moise se ha visto involucrado en un caso de presunto lavado de dinero, según un informe de la Unidad Central de Información Financiera (Ucref) publicado recientemente, aunque la investigación se había abierto en 2013.

Moise se ha declarado dispuesto a responder por el caso aunque asegura que las acusaciones son falsas. EFE