Título original: Maleficent: Mistress of Evil. Año: 2019. Género: Fantástico. País: USA. Dirección: Joachim Rønning. Guion: Linda Woolverton, Micah Fitzerman-Blue, Noah Harpster. Elenco: Angelina Jolie, Michelle Pfeiffer, Elle Fanning, Ed Skrein, Chiwetel Ejiofor. Duración: 1 hora 58 minutos.
Cuando en el año 2014 se estrenó la primera parte de “Maléfica”, dirigida por Robert Stromberg y escrita por Linda Woolverton, quien trabajó en el equipo de guionistas del “El rey león”, realmente se ofreció una gran película, con todo y sus giros a la obra original de Charles Perrault.
Esta vez la continuidad de la historia tiene lugar varios años después de los acontecimientos narrados en la primera película, y explora la relación entre Maléfica y Aurora y las alianzas que se forman para sobrevivir a las amenazas del mundo en el que habitan.
Si en la primera parte Maléfica se erige como una gran defensora de los suyos, con un empoderamiento femenino que marca un paso firme en la nueva estandarización de los roles femeninos que Disney ha venido sustentando en los últimos años, con cambios de fondo y con un hálito de buena escritura, esta vez es un maniqueísmo que manipula la misma forma y expresión de lo que Maléfica representa dentro del mundo mágico al que pertenece.
Su ensayo de buena voluntad moral se reduce a la protección de una comunidad medio hippie de elfos y criaturas aladas donde impera el discurso ecológico de devastación de todo lo que parece natural y lógico cuya responsabilidad es de los humanos.
Pero esta maldad se focaliza en un personaje que hace de contrapartida de lo que una vez fue Maléfica y es el rol de la reina Ingrith que interpreta Michelle Pfeiffer como la madre del joven príncipe que desea casarse con Aurora.
Lo de la “dueña del mal” ya es un simple concepto que no se corresponde ya a Maléfica pues este cuño pasa a hacer asumido por Ingrith quien es tan malvada que Maléfica pasa a mostrarse en un ángulo más benévolo que inspira una excesiva política de tener que interpretar todo lo bueno y correcto de la historia.
Esto lleva a que la misma sea incorrectamente pronunciada hacia un discurso feminista que no reivindica nada de lo que podría ser pues son retratados como frívolas, traidoras y egoístas.
Esta es la lección de un filme de fantasía dirigido por el noruego Joachim Rønning, conocido por haber realizado la quinta película de “Piratas del Caribe” (2017) que, si se prescinde de los efectos visuales y otras parafernalias circenses, lo que queda es un desganado concepto narrativo.