Los exponentes de la música urbana no solo cantan sobre quien tiene más dinero, también lo llevan a la realidad, algunos enfrentamientos se han producido entre Toxicrow versus El Lapiz Conciente, el más reciente, Chimbala versus Djluian, productor musical de origen Puertorriqueño.

Estos personajes se han dado a la tarea de propiciarse insultos utilizando palabras obscenas, lo más alarmante es que incitan a que sus seguidores se ataquen entre sí.

A través de su cuenta de instagram @chimbalaofficial invito a sus seguidores a que entraran a la cuenta de @Djluian y le dejaran comentarios peyorativos, por lo que se presume que el afamado productor urbano puso su cuenta privada.

La música urbana es una realidad insoslayable; pero ¿por qué ciertos exponentes caen en esta guerra que arrastra a sus seguidores?

La lista de conflictos de los exponentes es larga, tanto nacional como en el plano internacional. La justificación, "el ADN del género es la tiradera y el lenguaje explícito".

Aunque existen casos como el de Rene Pérez mejor conocido como Residente, que ha utilizado en su canciones palabras altisonantes para denunciar abusos o para abanderarse de una causa social.

La música urbana no es mala, tiene su razón de ser. Si nos vamos a la historia del Trap veremos que su origen marca su lírica.

El Trap surge en 1990 en la parte sur de Estados Unidos desprendiéndose del Hip Hop, se caracteriza por sus letras agresivas. La palabra Trap proviene de un argot estaounidense para definir un lugar donde se vende drogas.

La popularidad del Trap en latino américa ha traído consigo desde el 2010 más tiradera entre los exponentes y una regresión con respecto al lenguaje explícito.

En República Dominicana el auge del género urbano se ha adueñado de gran parte del pastel de la popularidad. Emisoras completamente dedicadas a la música urbana son las de más audiencia.

Los Dj, animadores de radio que se dedican solo a promocionar, animar, proyectar el género son populares y en muchos casos adinerados.