SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Nadie puede imaginarse la dotación de valor que debió tener Carlos Sánchez, para dejar una iniciada carrera de derecho que le llevo a ser el turbo vivo de cobros compulsivos, a un artista que se entrego al humor vivencial, capaz de provocar la risa continua, organiza   y visceral genuina  en sus espectáculos hasta de  por dos horas  y media, y hacerlo  con una cara imperturbable y aparentemente inexpresiva.

Desde sus primeras funciones, a las que asistimos como uno del  público, hace ya muchos años, en la Casa de Teatro, Sánchez supo que su ruta era la del humor de contenidos,  Hizo entonces  conciencia de que su desafío el hacer reír de la mejor manera y  que era esencial que aprendiera técnicas del llamado “Stand Up Comedy” – para lo cual incluso hace pocos anos estudio en dos escuelas en Los Ángeles.

En Sánchez se ha ido afinando todo lo necesario para definir al líder del humorismo coloquial dominicano: repentismo, improvisación (herramienta fundamental cuando se esta cara a cara con la gente que ríe),  la capacidad de su memoria, el manejo de la expresión corporal y gestual y el sexto sentido indefinible que le permite crear un lazo de proximidad y complicidad con la gente.

Influido por Freddy Beras Goico, Jerry Seinfeld, y Bill Cosby, George López, Pablo Francisco y Eddie Izzard,  Sánchez ha delineado un estilo de actuación matizada por sus colores interpretativos. Y se ha creado un estilo y ha generado un estilo particular. Es una marca diferenciada y respetada.

El cavernícola

En su búsqueda de nuevas formas expresivas, Sánchez decidió hacer un monologo teatral, titulado originalmente Defendiendo el cavernícola, (cuyo título original inglés es Defending the Caveman) es una comedia escrita por el actor y comediante estadounidense Rob Becker entre 1988 y 1991 y que radica su atractivo en la forma en que e actor y dramaturgo expone las inconveniencias y los  vacíos y coincidencias en la  relación entre hombres y mujeres.

Famosísimo, el monologo es dirigido por Manuel Chapuseaux y se está presentando todos los jueves desde Febrero pasado en el teatro de Galería 360) .

La representación tiene el récord de permanencia en Broadway, y que se ha representado en cuarenta y cinco países, con un público que supera los diez millones de personas. Es una obra cuyos derechos los dispensa la compañía Theater Mogul. La obra de Becker obtuvo en Inglaterra el Premio Olivier al Mejor espectáculo de entretenimiento en el año 2000.

Este montaje le ha representado, imaginamos, el mayor desafío profesional de su carrera hasta ahora. Cerca de dos horas y cuarto de actuación que produce oleadas de carcajadas continuas, sobre un texto que comporta una historia valedera: la diferencia de formación original de los hombres y mujeres, que les lleva a  tener un comportamiento previsible, poco diestro,  competitivos y escasamente creativos (en el hogar) desorganizados, negociadores, en tanto que las mujeres, por igual herencia dela civilización humana, resultaron ser recolectoras, agricultura, creativas, cooperadoras, ampliamente comunicativas  y organizadas. Las distancias entre esas dos distanciadas formas de ser son expresadas en un monologo rico en alternativas y arcos emotivos. Lo que se vive en este montaje, vale cada segundo vivido y cada peso pagado, por lo que lo recomendamos con ilusión sobre todo a quienes sean capaces de reírse de sus propias limitaciones y escasas luces cotidianas.

Carlos Sánchez, creo, no se ha dado cuenta del aporte que hace con El Cavernícola. Solo se presenta los jueves en Galería 360.