SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Alfareros es la más alta expresión del cantar cristiano católico profesional y un signo de calidad nacional e internacional de la canción de fe, y que ahora, con motivo del lanzamiento de su producción discográfica “Setenta veces siete”, nos deja impactados por la perfección artística y técnica, por los despliegues interpretativos de altísimo perfil que comparte las exigencias demandadas por el mercado internacional de la canción pop y de otros estilos moderas.
Y no se trata de un descubrimiento de ahora. Alfareros se ha destacado por la perfección de su concepto musical, a cargo de su productor y director Junior Cabrera, un profesional que tuvo éxitos comerciales, pero a quien su creencia en Jesús le llamo a trabajar solo para la gloria del Señor.
70 veces siete, tras conocer toda la producción de Alfareros, resulta el signo artístico mas consistente de esta agrupación católica, y una de las razones por las que el mismo sigue dotado de un carisma y un poder de atracción que lo ha llevado a escenarios nacionales e internacionales con tanto o mas éxito que el que tienen las orquestas seculares mas renombradas. Lo único es que Alfareros no tiene un mecanismo de mercadeo y relaciones publicas que publique destacadamente su impacto y la fuerza de su mensaje.
70 veces siete es una producción inspiradora, conformada por piezas trabajadas con cuidado extremo, desde sus textos hasta sus arreglos y vocalización. Alfareros es una muestra de cuanto es posible lograr cuando el arte tiene valores y una dirección definidas.
14 temas, la mayoría de Junior Cabrera, que se ofrecen como piezas que se pueden disfrutar independientemente de quienes la escuchen sean creyentes o no. Tal es fue fuerza y belleza que su misión es particularmente importante para quienes no cuentan con esa fe.
“Hasta 70 veces 7” que es tomado de Mateo (18, 21-35), es una producción no definible desde los parámetros de la crónica de arte. Tiene música pop rock, aires japoneses, instrumentos indues y mezcla de estilos, incluyendo la balada comercial, sin serlo.