En nuestro análisis sobre los veredictos de los premios y al comentar el triunfo en Artista Urbano, de El Alfa, dijimos: “Es excelente. Deseamos mantenga y eleve la calidad de sus letras. Tiene impacto y disciplina”.

¿Por qué decíamos que eleve la calidad de sus letras? Porque lo necesita. Debe ser más que un fenómeno de popularidad y un buen ejemplo de trabajo empresarial, que lo es. Las modas pasan. La trascendencia marca las generaciones.

Sus textos han sido malos, pésimos, descuidan el mensaje, atropellan valores y privilegian el ritmo, enmarcado en el arreglo musical express. Pero él parece tener conciencia y eso originó su mensaje al recibir la estatuilla.

El género urbano que el cultiva, muy marcado por la ojeriza social clasista, no es en si mismo ni bueno ni malo. Todo depende de los valores que transmita. Música hecha para bailarla, también comporta mensajes y valores. Esa es la tarea que enfrenta y que, sabemos, está dispuesto a desarrollar.

Teníamos conocimiento de que este joven se ha enrumbado en una trayectoria muy exigente de trabajo y sabemos que había decidido revisar, entre otros aspectos de su obra musical, sus letras. Porque sus letras no son predominantemente buenas y acusan una pobreza en su lírica y se matizan con pésimos mensajes.

El Alfa ha escrito:

Pa Jamaica Jamaica

Lo prenden en Jamaica, lo prenden en Nueva York 
tabaco de vainilla, chocolate y de mentol 
el dueño de la calle, manito estamos en report 
desacatado en la avenida, hasta que salga el sol 

No hay forma
Las mujeres dan vitilla y yo les doy manilla 
y el esperma que me sobra, me lo pongo en la espinilla 
tienes los bolsillo (SIC) pelados, llenos de potilla 
y tu mujer no le gusta pa clavo ella da astilla

En cambio el 28 de febrero pasado en Viña del Mar, (Chile) hizo un electrizante tema, de pocas letras, genéricas y de tremendo ritmo y coregrafia cuyo mensaje se resume en dos conceptos:

Llegan los Cheques. La calle tiene fuego”

Sabemos que El Alfa está en el proceso que ha desarrollado con éxito otro artista urbano, Mozar La Para, quien fue capaz, en un momento dado de su carrera, de escribir y cantar esto:

Traje una funda de pastilla porque esta vaina se hizo viral manejando con la hussi (SIC) sin pararle al federal forrao de diamante pa’ca tienen que mirar soy popular y de pinturas tropical” (Ritmo Bien Tropical).

Siendo el mismo artista, que tras pasar por un proceso de sensibilización y trato con otras realidades, fue capaz de escribir e interpretar un tema que, como este, es uno de los mejores cantos al empoderamiento de la juventud y al empuje hacia las metas más altas.

EEEEEE! 
Lo que te propones

Tu lo puedes tener 
no te caiga levántate 
es que en la vida solo

hay que tener fe. (BIS) 

Como vinimos de abajo saben de dónde venimos 
sin mala fe progresamos y sin mala fe seguimos

Como vinimos de abajo saben de dónde venimos 
sin mala fe progresamos y nadie nos va a parar (iia

El Alfa, como todos los muchachos de su movimiento musical, ha pasado por una etapa de letras empobrecidas, marcadas por el individualismo, el machismo, la exaltación tanto a la violencia como a la tenencia de bienes materiales y la cosificación de la mujer como imagen y realidad social.

Y denunciarlo con un video sin firma, es decir sin anónimo, es irresponsable y cobarde (sobre todo por el hecho de pretender deslucir el ceremonial de los Premios Soberano) en una actitud distinta a la de Mariasela Álvarez, con todo su derecho a opinar sobre el tema y a quien se le debía responder sin insultos ni faltas de respeto en oleadas de comentarios con el signo del bullyng en las redes sociales, justo cuando se lanzaba en la 35 entrega de los galardones mas importantes que reconocen el arte popular, una campana contra el acoso digital.

Emanuel Herrera Batista – su nombre real y que no debe cambiárselo a estas alturas por razones de identidad y porque el regreso a la sencillez y la humildad no está en la forma de nombrar lo que debe transformarse – nacido el 18 DE diciembre de 1990 en Haina, sigue siendo un hijo de su comunidad. Vaya y pregunte. El influyente artista de deambow es la suma de los factores positivos y negativos que lo definen:

Notable criterio empresarial. Ha fundado su propio sello discográfico El Jefe Record.

Trabaja sin descanso con alto sentido de la disciplina. Tiene once anos de carrera.

Como persona fuera de escenario, es sencillo.

Ha evitado la confrontación típica con sus colegas y al  contrario, ha lograd hacer temas de colaboración con muchos de ellos.

Nacido en Haina, no es un muchacho recuperado por los peores valores e incluso dedica parte de su tiempo a dar charlas de superación a chicos

En los aspectos negativos, El Alfa:

Mantiene aun vigente la letra sucia en sus textos (aun cuando da muestras de que va a superar esa etapa).

No tiene conciencia de la importancia de incidir oportunamente en los medios de comunicación, cuando tiene una crisis de opinión publico (como ahora). Es inaccesible. El teléfono disponible es el del representante y ese dice “Nos estamos montando en un avión. Estamos Trabajando” luego de muchas llamadas sin responder.

Sigue presionado por la escala de valores que atribuyen más valor al precio de las cosas que a lo que realmente representan y cuestan. No es justo que hubiera más comentarios al precio de la chaqueta negra con piedras preciosas, que a su talento.

La música urbana puede y tiene que ser, dotada de contenidos, tomada en cuenta, tal cual le ha dado apertura el Premio Soberano, pero tratando de que haya coherencia entre fondo y forma.

Es una música trascendente, que en opinión de Jose Rafael Lantigua: “Llámese reguetón, hip hop, trap, deambow, merengue de calle, incluso bachata, la “música urbana” es un fenómeno cultural de masas que se imbrica en toda la sociedad, algo que no alcanzaron nunca otros ritmos que signaron a generaciones, pero no a todo el conglomerado social. De Anthony Santos a Romeo, de Mozart La Para al Lápiz Consciente, De Vakeró a Don Miguelo, de Ozuna a Bad Bunny, de Omega a Ala Jaza, corre un movimiento revolucionario en el orden musical que, a su vez, plantea un tema sociológico y cultural, contra el cual no deben erigirse muros ni plantearse deméritos. El fenómeno arrasa y hace rato llegó hasta a Lo Blanquito. Ignorarlo no es de sabios. Pretender modificar sus avenidas de pasiones, desencuentros, requiebros, afrentas, provocaciones, es imposible.

El Alfa es una excelente medida de medir nuestra hipocresía. Pero la de todos. Al artista, démosle la beneficio de la duda. A nosotros todos, el chance de esperar ese cambio.

Enlace relacionado:

https://www.diariolibre.com/opinion/lecturas/memoria-musical-de-la-aldea-FI12389693