La Sala Manuel Rueda del Teatro de las Escuelas de Bellas Artes se llenó de matices en el estreno de la tercera gala del festival internacional de danza Edanco 2021.

Puerto Rico, Estados Unidos, Alemania y República Dominicana fueron los países debutantes los pasados 30 de septiembre y 1 de octubre, en un espectáculo lleno de emociones y de fuerte expresionismo.

La escena estuvo compuesta por solos, dúos y tríos que ofrecieron a los espectadores distintas atmósferas escénicas con lecturas abiertas, profundas, intrigantes y de gran fuerza interpretativa.

Silencio en movimiento

Este dúo, de la compañía Ballet Capital Oeste en colaboración con CoDa21 (Puerto Rico) fue interpretado por David Rinaldy y Denisse Eliza, quien también fue la autora de la coreografía. Desde el inicio, la pieza se caracterizó por líneas muy suaves, alargadas y con una amplitud de movimiento que llenó todo el espacio.

La segunda parte de la pieza fue muy fluida y continua. En este momento, los intérpretes se compenetraron más y presentaron una dinámica de contacto más atacada, en contraste con la sutileza de las olas de mar que ambientaron el lugar.

El martirio de una rosa

La bailarina dominicana Wileydy Contreras, cautivó al público con una sublime interpretación llena de texturas que lograron una pieza de alta calidad técnica y de mucha emotividad.

Al compás de una etérea flor, la artista transformó la escena y se marchitó bajo los reflectores, para mostrar en carne propia el sufrimiento detrás de una obra artística cargada de sensibilidad.

Identidad Contemporánea Company fue la responsable de este trabajo, cuya composición colectiva se atribuye a Contreras y al promisorio coreógrafo dominicano Joel Genao.

Paralelos

La compañía Ballet Capital Oeste en otra colaboración con CoDa21, presentó este singular trío que brindó visual llena de vuelo y que remontó el público a una época más antigua y de conflictos ideológicos complejos.

Los intérpretes David Rinaldy, Sergio Rios y Denisse Eliza externaron una pieza de mucha conexión, llena de figuras interesantes y complejas que evidenciaron el trabajo de investigación corporal detrás del montaje.

La coreografía estuvo a cargo de Rinaldy, mientras que la música era de Iván Julliard y el vestuario de Alberto Sánchez.

The other witch

La alemana Nejla Yatkin se robó la atención de la noche con un solo sombrío y vibrante que podría definirse como la belleza del miedo. La sutileza de sus movimientos, cubiertos por una imponente máscara y una ligera tela negra, logró una imagen siniestra y oscura que dejó sin aliento a la audiencia e impidió que las miradas se apartaran de la actuación de la bailarina.

Yaktin, quien también fue la creadora de la obra, ofreció una puesta tan brillante como su atuendo y su antifaz, de la mano de Jordan Ross y Anna Wooden respectivamente. La dramaturgia estuvo a cargo de Susan Manning.