SAN JOSÉ DE LAS MATAS, Santiago.  La Corporación Agrícola La Loma exportó unas 22 mil 800 libras de macadamia procesada, convirtiéndose en la primera empresa del país en hacer una exportación de la llamada “nuez más fina del mundo”.

Clara Abreu, directora de operaciones de la planta, explicó que la industria procesadora envió el primer furgón a clientes en Centroamérica, cumpliendo con altos estándares de calidad e inocuidad, agregando un nuevo rubro con vocación de generar divisas al país.

“Aunque anteriormente se han realizado exportaciones de la nuez con un menor volumen, esta ocasión marca el inicio de comercialización a escalas importantes de la macadamia producida en tierras dominicanas, haciendo del país un nuevo jugador en el mercado internacional de la nuez”, sostuvo

Países actualmente reconocidos por la producción y exportación de macadamia son Colombia, Hawai, Australia, Sudáfrica, Costa Rica, Kenia, Guatemala y Malawi. Se estima que el comercio mundial de macadamia mueve aproximadamente 750 millones de dólares.

Abreu dijo que la marca La Loma se considera un modelo de negocio sostenible, pionero en el país al integrar de manera equitativa mediante el cultivo y comercialización de la nuez de macadamia, positivos impactos sociales, económicos y ambiental para todos los integrantes que componen la cadena de valor y su entorno.

Asimismo, el presidente de la Corporación, Jesús Moreno destacó que la empresa posee la primera planta procesadora de macadamia del Caribe, con una capacidad de procesamiento, en una primera etapa, de 75, 000 a 100, 000 kilos de la nuez con calidad exportable.

La estructura industrial, inaugurada en 2019, está ubicada en San José de las Matas, en Santiago, y fue construida con una inversión de alrededor de US$2.0 millones. Impacta actualmente en 6,700 tareas de forma directa, 210 familias e involucra a más de 200 productores.

“El pequeño productor que reforesta las lomas dominicanas pasando por la agroindustria y hasta el consumidor final que adquiere los productos terminados y se convierte en un consumidor responsable, son parte esencial de la cadena de valor del cultivo”, destacó