Uno de los consejos más gratificantes que he recibido en búsqueda de las perspectivas y proyecciones de los precios del petróleo, en particular del WTI, ha sido seguir e interpretar los reportes de Energía del Departamento de Energía de los Estados Unidos de América que se publican todos los miércoles. El mismo arroja un sin número de vital información, incluyendo cantidad de productos refinados tales como la gasolina y el gasoil, siendo el más importante de toda la cantidad de petróleo almacenado en Cushing, Oklahoma.

Existe un decir que reza: “Como venga Cushing, así vendrá el WTI”, pero… por qué Cushing. Esta ciudad con apenas unos 7,000 habitantes que una vez fue el epicentro del frenesí del oro negro, hoy es el lugar de entrega de los contratos realizados electrónicamente en el NYMEX del WTI (más de 3 mil MM se realizan cada semana), aunque una gran parte de los mismos realizan un “rollover” para el siguiente mes de entrega, aprovechando precios inferiores en meses posteriores, mejor conocidos como contango.

Hoy en día Cushing es el principal nexo entre la red de oleoductos por todos los Estados Unidos, lo que incluye 20 terminales de almacenamiento, significando así un lugar fundamental para el mercado global del petróleo. Su infraestructura ha tratado de ir, en términos de capacidad de almacenamiento, al mismo ritmo del apetito global por este hidrocarburo, aumentando su capacidad en alrededor de un 50% con cabida de hasta 76 MM barriles, lo que representa el 13% de la totalidad de almacenamiento de los EE.UU.

 

De acuerdo con el U.S. Energy Information Administration (EIA), desde este “hub” se distribuyen alrededor de 6.5 MM de barriles diarios, incluyendo una significativa suma para exportación, dándole a la vez un panorama global, muy a sabiendas de que el WTI continúa siendo un referente. Los reportes semanales así lo indican, pues desde el año pasado, cuando se reportó cifra tope de almacenamiento para mayo de más de 65 MM de barriles almacenados, lo cual indicaba la anémica demanda del momento producto del cierre del mercado global, desde entonces hemos visto una de la descendencia de almacenamiento de manera vertiginosa hasta los 38 MM de barriles en la primera semana de julio, siendo la cifra más baja desde el mismo mes del año 2017.

Esta drástica reducción de petróleo almacenado en Cushing es muy ilustrativa del aceleramiento de la demanda petrolera, que no ha podido ser expresamente o no neutralizada con el aumento de producción. Precisamente, comentaba con algunos amigos de parte la rezagada producción petrolera ha sido la impresionante disciplina que ha mantenido la OPEC en su cuota de producción, que históricamente no ha sido el caso, con excepción del 2014, por un asunto de interés se engañan uno con otro de sus miembros en términos de producción de acuerdo con sus cuotas, lo que no ha sido el caso en la actualidad.

Desde el pico de la pandemia, semana tras semana, Cushing ha experimentado reducción en sus niveles de almacenamientos, con proyecciones sólo similares al 2017, y con niveles iguales al momento de enero del 2019. A pesar de la constante presión al alza del petróleo y sus derivados, los Estados Unidos de América, con una reserva petrolera que usualmente se utiliza para contrarrestar los precios, o en casos de emergencia mantener niveles de reservas saludables y sin indicación de utilizar en un futuro inmediato.

Todo lo anterior nos parece indicar que, desde el punto de vista del gobierno norteamericano, se entiende que el mejor amigo de la industria de las energías limpias y renovables es el aceleramiento de los precios del petróleo.