NUEVA DELHI.- Cada año, con la llegada del invierno, la temida estación de la contaminación ambiental, la población se precipita a los neumonólogos de Nueva Delhi, en India. Este año a sus preocupaciones se suma el riesgo de multiplicación de los efectos del coronavirus.
En su pequeña clínica “Respire mejor”, el doctor Davinder Kundra se preocupa por la salud de sus vecinos en la urbe de 20 millones de habitantes.
Todos los días recibe al menos un caso sospechoso de COVID-19 y lo envía a hacerse la prueba. “Varios estudios en todo el mundo han establecido una relación entre la contaminación del aire y un mayor número de casos y muertes por coronavirus”, explica el doctor, al mismo tiempo que examina la radiografía de un paciente con neumonía.
La tensión podría aumentar en el sistema hospitalario de la capital más contaminada del mundo. “Expuestos a una mayor contaminación, los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden desarrollar formas más graves de infección”, señala Kundra.
Nueva Delhi tiene concentraciones aterradoras de PM2,5, partículas finas que pueden penetrar en la sangre a través de los pulmones, causando asma, cáncer de pulmón o enfermedades cardíacas. Al mismo tiempo, la capital registró la última semana un récord de 7 mil casos diarios de coronavirus.
Algunas previsiones apuntan que la cifra crecerá hasta 12 mil casos cotidianos, lo que hace temer una situación sanitaria de urgencia.
Con 8.5 millones de contagios, India es el segundo país del mundo en número de casos de coronavirus, después de Estados Unidos. Los decesos a causa de COVID-19 ya superan los 126 mil. Los médicos temen el impacto de las concentraciones humanas previstas para la gran fiesta hindú de Diwali, la fiesta de las luces, el próximo sábado.
Agencias.