La semana pasada, a propósito de la constante alza de los precios del petróleo, abordábamos el tema de la relación petróleo-gasolina, y que aun existiendo una correlación positiva entre uno y el otro señalaba que más frecuente de lo que se piensa se producen incongruencias en la relación entre los mismos. Algunas personas nos han cuestionado en varias ocasiones sobre la consecuencia de estas alzas del petróleo e incongruencias con sus derivados.
Ya es de conocimiento general el efecto multiplicador de las alzas de los hidrocarburos, ejerciendo presiones inflacionarias sobre las economías, por la dependencia de una cantidad de sectores que se ven afectados, ya sea vía costo de transportación, factura eléctrica o costo de producción, lo que de una manera u otra se le transmite al consumidor.
Por otro lado, está la interminable discusión de la inelasticidad de derivados del crudo, en específico la gasolina. Sin embargo, hay puntos de distorsión, donde esta inelasticidad tiende a ceder. Para prueba existen en nuestra opinión dos elementos:
1. Como en la conclusión de los 3 últimos súper ciclos del petróleo 1978, 2000 y 2008 empuja al mundo hacia una recesión, lo que se interpreta como un rechazo del consumidor a ciertos niveles de precios petroleros.
2. Como explicábamos en la entrega pasada, existen momentos de incongruencias entre los precios del oro negro y los precios de la gasolina. En el caso de la gasolina marca una tendencia hacia el alza en precio; en términos proporcionales superior al petróleo por un sin número de factores ya mencionados. Sin embargo, existen otros casos que experimentamos lo opuesto. Por ejemplo, los precios de la gasolina no experimentaron el alza que dictaban los precios petróleos del 2008, en lo referente a subsidios, absorbiendo los gobiernos el precio del momento, y en otros casos un mismo rechazo del consumidor a precios superiores.
Y es que contrario a lo que se cree, las refinerías viven o se benefician de petróleo barato. El modelo de negocio de una refinería es beneficiarse del petróleo barato, y lograr al máximo márgenes de beneficios petróleo-gasolina. Cuando observamos hay 2 elementos claves para una refinería: 1. El famoso crack spread que explicábamos la semana pasada, (ya sea el crack 3:2:1 o 1:1) para la gasolina. Y 2. El por ciento de ganancia en función al precio del petróleo.
Cuando observamos el historial de márgenes de ganancias por barril en función a la gasolina refinada del mismo, observamos una relación negativa con un coeficiente de correlación Kendall de -0.29, la cual es considerada estadísticamente significativa, igual al observar el gráfico: –petróleo vs márgenes de las refineríías-– notamos que los márgenes más altos de ganancias de las refinerías se han experimentados en tendencias a la baja del petróleo. “Irónicamente” el margen máximo en el mercado spot fue el año pasado ante el derrumbe de los precios del oro negro.
En el caso dominicano, no toda la gasolina consumida se refina en REFIDOMSA, inclusive históricamente ha predominado la gasolina importada ya refinada del petróleo, o sea el Estado no se beneficia totalmente del margen de las refinerías, dejando el Estado de percibir por un asunto de capacidad de almacenamiento estos márgenes; sin embargo, al ser la gasolina uno de los principales productos de importación, y la cual ha sido una de las manzanas de la discordia del Estado, no de ahora, si no desde hace más de dos décadas, creo es de orden ponerle mucha atención a los márgenes petróleo-gasolina, inclusive aún más que a los precios del petróleo.