En la zona fronteriza predomina la informalidad, las actividades de baja productividad y remuneración, así como un limitado nivel del capital humano disponible.
Así lo indica el Monitor de la Frontera octubre 2021, sobre aspectos y oportunidades del mercado laboral en la zona fronteriza del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
El informe destaca que el 31% de los empleados pertenecen al sector formal y el 69% al informal, es decir, dos de cada tres de los ocupados en el territorio se encontraban en condición de vulnerabilidad por no tener acceso a los beneficios del sistema de protección social.
El Monitor de la Frontera propone en esta edición, que a grandes rasgos, los programas de protección social para el mercado laboral en la zona fronteriza deberían contemplar acciones que aborden sus limitaciones estructurales: informalidad, baja productividad, y limitado capital humano.
Sostiene que los esfuerzos deben dirigirse a aumentar la oferta de empleo, de organizar los sectores productivos, crear oportunidades para el emprendimiento, fomentar la capacitación en áreas propias de cada territorio, atracción de la inversión y aumento de la empleabilidad.
La investigación puntualiza que la perspectiva territorial del mercado laboral en la zona fronteriza ha demostrado la necesidad de intervenciones que generen dinamismo en las actividades productivas para tener efectos multiplicadores que beneficien la sociedad y la economía.
Intervenciones
El Monitor de la Frontera sostiene que estas intervenciones deberían tener un enfoque dual que contemple: crear las condiciones para que emerja un sector privado con capacidad para asumir los costos que conlleva la protección social y las intervenciones en el mercado laboral dirigidas a incidir en la población ocupada que formará parte del sector formal.
En el caso de la zona fronteriza, indica que las condiciones más favorables para considerar el pilotaje de una intervención similar se encuentran en las provincias de la parte norte.
Señala que inicialmente, Dajabón, Montecristi y Santiago Rodríguez presentan la mayor densidad de empresas en todo el territorio: el 77 % de las empresas formales de la zona, con mayor presencia en Montecristi (43 % del total).
“Las actividades económicas desarrolladas al norte de la zona fronteriza reafirman la potencialidad de este territorio para poner en marcha este proyecto”, precisa.
Sostiene que el primer paso para condiciones óptimas de sostenibilidad de la protección social en el territorio debe contemplar el fomento al desarrollo del tejido privado.
Plantea que inicialmente reduciendo al mínimo las barreras de entrada que tienen las micro y pequeñas empresas hacia los mercados formales, el limitado acceso a internet y necesidades de acompañamiento en cada uno de los procesos relacionados.