Es numerosa la literatura sobre la historia de los hidrocarburos que va desde los primeros hallazgos y la consolidación de la industria, hasta convertirse en un monopolio donde la misma materia prima ha servido como herramienta política e incluso económica.

Mencionamos esto a propósito de un muy interesante editorial de la revista The Economist, bajo el título The world’s most value resource is not longer oil, but data. En el mismo señala: “Una nueva materia prima genera una industria lucrativa y de rápido crecimiento, lo que provoca que los reguladores antimonopolios intervengan para frenar a quienes controlan su flujo. Hace un siglo, el recurso en cuestión era el petróleo; ahora los gigantes que se ocupan de los datos, el petróleo de la era digital, están planteando preocupaciones similares".

Ciertamente, cuando nos detenemos a analizar la comparación, existen ciertas similitudes, pues al igual que hace un siglo, cuando la extracción de petróleo construyó monopolios o carteles, siendo parte fundamental de la construcción de la economía del futuro, al igual que en su rol en la geopolítica, lo mismo se podría decir que ocurre hoy en día con la interpretación de la data y su repercusión en el mundo de la economía, que es el principal argumento de la revista.

Sin embargo, a diferencia del petróleo, la data contraria al petróleo no es un recurso limitado, porque a medida que pasa el tiempo nuevas informaciones fluyen y se adquieren. Gracias a los avances de la tecnología, la velocidad con que se transmite la misma cada día es más eficaz. Una muestra de esto es la tecnología 5G, que incrementa la transmisión hasta 100 veces y disminuye en comparación con la tecnología 4G, reduciendo el retraso entre el envío y la recepción de información de 20 milisegundos hasta 1 milisegundo.  

Es de resaltar que la misma acumulación y transmisión de data per se es insignificante si no se le da el uso adecuado, aunque en sentido general la inteligencia de datos no es nueva, aunque el volumen de hoy al igual que su uso sí lo es, sabiendo, sin lugar a duda, que hoy la data se usa más que nunca. Precisamente, en el transcurrir de esta pandemia, los análisis de datos han sido claves, desde proyecciones relacionadas al Covid-19, hasta sus implicaciones económicas. Un ejemplo de esto fue la iniciativa de Google, que tomó 50 millones de los términos más buscados en su buscador y los comparó con la data del CDC, desde el 2003 hasta el 2008. La idea era identificar áreas donde las personas buscaban síntomas relacionadas con la gripe. Luego de un proceso de 450 millones de modelos matemáticos lograron obtener 45 términos que podrían correlacionarse con la gripe H1N1, facilitándole obtener prácticamente al instante en qué áreas el virus se había propagado.

Pero no menos sorprendentes son las cifras obtenidas del Foro Económico Global:

  • Se estima que la cantidad de data generada diaria para el 2025 será de 463 exabytes
  • Entre Amazon, Facebook, Google y Microsoft existe almacenado alrededor de 1,200 petabytes de información
  • Para el 2030, 9 de cada 10 personas mayores de 6 años estará digitalmente activa
  • Hasta julio del 2020 existían 4.3 billones de usuarios en las redes
  • Cada 24 horas 500 millones de tweets son publicados en Twitter
  • Se estima que 4 petabytes de nueva data son generados a diaria en Facebook.

Toda esta acumulación de información ha cambiado y seguirá cambiando la manera de interactuar y la dinámica de las sociedades; irónicamente, una de las industrias más beneficiadas precisamente es la industria petrolera. En el pasado, de manera regular, se utilizaban los niveles de almacenamientos en los diferentes “hubs” y depósitos petroleros, ahorrando tiempo, así como generando procesos más eficientes de la misma información. Otra forma en que esta industria se beneficia de los nuevos métodos del uso de la información es con la extracción del petróleo vía el uso de algoritmos que arrojan superiores niveles de precisión en tiempo real para determinar áreas con potenciales riquezas del oro negro.

En sentido general, la información es una herramienta para la creación de modelos de negocios, entender el mismo comportamiento humano y concretizar conclusiones; en fin, responder interrogantes que jamás se pudieron responder antes. De ahí el auge en distintos sectores productivos de la economía global del análisis de los datos.  No es coincidencia que 5 de las 6 empresas con mayor mercado de capitalización en los mercados bursátiles sean Apple, Microsoft, Google, Amazon y Facebook, que justamente de una forma u otra están relacionadas al Big Data y al procesamiento de la información.

En fin, a medida que pase el tiempo más vital se convertirá la data para tomar decisiones. Es de señalar que actualmente hasta en los deportes se torna muy fundamental; de ahí se desprende el famoso término “sabermetrics” en áreas como el beisbol, el baloncesto y el futbol norteamericano, que no es más que el uso de data fundamentado en cálculos estadísticos para medir la eficiencia de los atletas. El uso cada vez más de la información se traduce en nuevas oportunidades. No es ocioso señalar que de acuerdo con el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos se resalta que empleos que requieran conocimientos de Ciencia de Data y analíticas crecerán en los próximos 5 años en alrededor de un 28%

La comparación del petróleo y la data tal vez sea un poco necia, pero la realidad es que el uso de ella en la toma de decisiones será cada día de mayor impacto.  La data es información y la información es poder.