El empresario Fernando Capellán propuso que Estados Unidos y Haití acuerden y desarrollen una asociación constructiva para fomentar una economía sostenible, al unísono con la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del Estado de derecho.
Capellán, presidente del cosorcio empresarial Grupo M y de la empresa Codevi, que cuenta con fábrica en Haití, expuso sus puntos de vista en el foro de la Unidad de Estudios de Haití, del Centro de Estudios Padre Alemán, S.J., de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Este centro es dirigido por el Dr. Fernando Ferrán.
Capellán consideró que a pesar de su inestabilidad actual, Haití está bien posicionado para desarrollar una asociación constructiva con las empresas estadounidenses.
Sostuvo que con esa alianza Haití y Estados Unidos pueden fomentar una economía sostenible, al tiempo que se enfrenta la corrupción y se fortalece el estado de derecho.
"En síntesis, se trata de un esfuerzo de colaboración para crear una nación próspera en la justa medida en que de su lado los Estados Unidos necesitan cada vez más fabricar en las Américas", indicó el empresario dominicano.
Explicó que, a medida que continúa la interrupción sustancial de los flujos comerciales debido al Covid-19, en adición a los aranceles estadounidenses sobre los productos de China y factores geopolíticos en países tales como Myanmar y Etiopía, esa colaboración comercial que propone, además de brindar inmensos beneficios a la economía de los EE. UU., también puede aliviar la presión, tanto en la frontera sur estadounidense, como en el propio Haití ,el país más pobre del hemisferio occidental.
Agregó que en ese complicado escenario comercial, Haití podría ser el eslabón perdido para los fabricantes estadounidenses que buscan una mano de obra calificada y abundante cerca del mercado.
A juiciode Capellán, esa relación debe considerar oportunidades económicas compartidas para Estados Unidos, cubriendo sus necesidades básicas de manufactura ligera, para el pueblo haitiano y para la República Dominicana.
Recordó que la industria textil y de la confección desempeña un papel fundamental en la economía de Haití, pues es el mayor empleador del país y representa el 90% de sus exportaciones.
Detalló que, gracias a los programas de comercio preferencial que incluyen la Ley de Recuperación Económica de la Cuenca del Caribe (CBERA), la Ley de Asociación Comercial de la Cuenca del Caribe (CBTPA), la Ley de Fomento de la Oportunidad Hemisférica de Haití a través de la Asociación (HOPE) y el Programa de Elevación Económica de Haití (HELP), la mayoría de las prendas haitianas ingresan a los EE. UU. libres de aranceles.
"Esos programas son la piedra angular de una industria que apoya el consumo de materiales de origen estadounidense, que también fomentan la creación de clusters empresariales en áreas aledañas a los parques industriales", precisó.
Asimismo, dijo que los organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, han colaborado en la construcción de una red de instalaciones industriales en Puerto Príncipe y el norte de Haití, donde se encuentran el Parque Industrial Caracol y CODEVI -ambos con una infraestructura de manufactura inigualable- que albergan diversas marcas mundiales líderes que se benefician del acceso libre de aranceles al mercado estadounidense.
Además, se han realizado inversiones adicionales en Port Lafito (GB Group, Seaboard, CMA / CGM) y Terminal VARREAUX y Bollore (TVB).
"Haití es un sitio conocido por sus prendas de marcas privadas y de sellos de alta calidad. Por lo tanto, a medida que las empresas estadounidenses se esfuerzan por tomar la iniciativa para mejorar la cadena de valor de la indumentaria, Haití podría convertirse en la fábrica rentable del hemisferio occidental, entregando productos intensivos en mano de obra como indumentaria, calzado y juguetes al mercado estadounidense a precios competitivos", explicó Capellán.
Para el empresario dominicano, Haití es el socio adecuado para marcas, minoristas e inversores.
"Además, debido a que la producción en Asia ya no es tan rentable como solía ser, además de las preocupaciones de la huella ecológica del abastecimiento en alta mar en esa región, la proximidad o `nearshoring´ de Haití presenta la decisión económicamente más viable para las empresas estadounidenses", resaltó.