SANTO DOMINGO, República Dominicana. – La deuda pública consolidada cerró en el 2020 en unos US$53 mil millones, debido a la caída del Producto Interno Bruto (PIB), paralización de actividades económicas, mayor gasto social y otros factores consecuencia de la pandemia.
Así lo destaca el último informe del Banco Central, el cual prevé que en la medida que la economía recupere los niveles de actividad previo a la crisis, se reactiven los sectores generadores de divisas y el Gobierno comience a generar superávits primarios, habrá una reducción de la deuda de manera gradual.
Sostiene que entre los factores que más contribuyeron al incremento de la deuda dominicana fueron: el aumento del déficit primario por menores recaudaciones, ante el confinamiento y la paralización de múltiples actividades económicas, y un mayor gasto social para proteger a la población de la crisis sanitaria, lo que provocó un incremento en el financiamiento y, por tanto, en la deuda.
Asimismo, plantea que otro factor fue la contracción del PIB producto de las medidas de aislamiento social para moderar la propagación del coronavirus, y la variación en el tipo de cambio causada por los efectos de la COVID-19 en los sectores generadores de divisas como turismo y exportaciones.
“La deuda pública consolidada cerró el año 2020 en unos US$53 mil millones. Si el PIB nominal en dólares simplemente hubiese mantenido su nivel de 2019, unos US$89 mil millones, en vez de caer a unos US$79 mil millones como se estima en 2020, la deuda pública consolidada, se hubiese situado en torno a 59.5% del PIB, unos 10 puntos porcentuales menos que la cifra registrada el pasado año de 69.2% del PIB”, indica
El Banco Central explicó que luego de que la economía alcanzara su punto más bajo con una caída del PIB real de casi 30.0% interanual en abril 2020, la economía dominicana fue moderando su tasa de disminución hasta situarse en diciembre de 2020 en apenas -1.0%. Dijo que se espera que pasado el primer trimestre de este año la economía presente crecimiento positivo, acelerándose hasta cerrar el año en torno a 5.5%-6.0%.
“Resulta importante destacar que, a pesar de la magnitud del choque externo generado por la pandemia, el país pudo cerrar 2020 con un déficit de cuenta corriente de apenas 1.8% del PIB. En ese sentido, los problemas provocados por la crisis sanitaria en el sector turístico fueron compensados, en gran medida, por un aumento sustancial de las remesas (US$8,219 millones y 16% de crecimiento en 2020) y un monto considerable de inversión extranjera directa, superior al promedio histórico de esta variable, alcanzando los US$2,554 millones, cifra que cubre casi dos veces el déficit de cuenta corriente”.
Dijo que en la medida que el proceso de recuperación gradual continúe en el marco de la campaña de vacunación y se apliquen reformas estructurales, como los pactos eléctrico y fiscal, la economía podría acelerar su crecimiento aún más, creando las condiciones para revertir la tendencia exhibida por el endeudamiento durante el periodo de la crisis de salud. En este contexto, se generaría un mayor optimismo que impulsaría nuevos proyectos de inversión y un aumento en el consumo, en un entorno de estabilidad y de mejora en los indicadores sociales.