El gobierno socialista de Cuba está esforzándose por recuperar la economía, que fue golpeada por la crisis mundial desatada por la pandemia de la Covid-19.
La isla caribeña se sustenta en la actualidad en el turismo, que fue impactado de manera negativa por la pandemia, obligando al cierre de hoteles y restaurantes en sus principales polos turísticos, como Varadero.
En septiembre, la cadena española Iberostar anunció que reabrirá 16 de los 17 hoteles que opera en Cuba e inaugurá otra instalación en Cayo Cruz entre noviembre y enero de 2022, en el contexto de la reapertura de fronteras del país caribeño.
El director de Marketing de Iberostar en La Habana, Alexei Torres, declaró a la prensa que la nueva etapa mantendrá los protocolos sanitarios e incorporará un equipo médico y epidemiológico en cada hotel, entre otras medidas.
Anunció también la apertura del hotel Coral Level Esmeralda en Cayo Cruz, ubicado en el archipiélago de Jardines del Rey al norte de la provincia Camagüey (centro), y del vuelo inaugural mañana miércoles de su aerolínea World2Fly para conectar Madrid y La Habana.
Iberostar se suma así a la empresa española Meliá -ambas con sede en Palma de Mallorca– que también reabrirá sus hoteles en Cuba en noviembre, cuando se espera esté avanzada la vacunación masiva contra la covid-19.
Tabaco
Cuba inicia este domingo la siembra de 25.000 hectáreas de tabaco -uno de sus principales productos exportables- en todas las zonas dedicadas a este tradicional cultivo en la isla, informó la empresa estatal Tabacuba.
Unos 13.800 productores de la aromática hoja asociados a cooperativas y unidades empresariales se disponen a llevar a cabo la campaña agrícola 2021-2022, en la que está prevista la obtención de 27.000 toneladas de tabaco a partir de un rendimiento promedio de 1,10 toneladas por hectárea.
Los preparativos para el inicio de las siembras se centraron en la capacitación a los especialistas, técnicos, supervisores y productores, la fertilización y protección ante posibles plagas y enfermedades mediante productos biológicos, las nuevas tecnologías, así como el mantenimiento y reparación de la maquinaria agrícola, los equipos de riego y las instalaciones para curar el tabaco.
El grupo empresarial Tabacuba es el encargado de dirigir la actividad tabacalera cubana en todas las fases desde la producción agrícola, la preindustria y la producción industrial hasta la comercialización, la logística y el desarrollo.
El final de esa cadena es la comercialización de los productos del tabaco cubano que incluye los tabacos prémium (torcidos a mano), los hechos a máquina y los cigarrillos, todos fabricados bajo una serie de marcas y formatos.
La mayor área productora del país se ubica en la provincia occidental de Pinar del Río, donde se plantarán 16.373 hectáreas, 760 de ellas destinadas al tabaco tapado -con tela-, que aporta las capas para la elaboración de los afamados puros habanos.
Esa emblemática zona tabacalera cubana también prevé la siembra de 510 hectáreas de la variedad Virginia, con el encargo de suministrar esa materia prima a una fábrica de cigarrillos situada en la zona del Mariel, de su vecina provincia Artemisa.
Pinar del Río proyecta aportar en la próxima cosecha 17.600 toneladas de tabaco, aunque las autoridades del sector han señalado que tienen carencias de insumos debido a la crisis global generada por la pandemia de covid-19 y el reforzamiento del embargo económico que aplica Estados Unidos al país caribeño.
En la provincia central Ciego de Ávila, otra de las zonas productoras, la empresa responsable del cultivo de tabaco refirió que su meta es sembrar 462 hectáreas en las modalidades de tapado y sol palo -hasta el cierre de la campaña en diciembre próximo- con el objetivo de obtener 171 toneladas de la hoja.
La industria del tabaco representa el cuarto sector que más ingresos aporta al producto interno bruto (PIB) de Cuba, y las ventas por exportaciones alcanzaron en 2020 los 507 millones de dólares, según datos de la compañía hispano-cubana Habanos, que comercializa las exclusivas marcas de puros del país caribeño.
El sector emplea a unos 200.000 trabajadores en la isla, que se elevan hasta los 250.000 en el pico de la cosecha.
Oxigenarse en las mipymes
La llegada a la escena económica cubana de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) representa un avance hacia un modelo mixto, aun cuando la gestión estatal seguirá predominando en un escenario lleno de limitaciones, según expertos.
Hasta el momento 102 mipymes han recibido la luz verde, en su mayoría en el sector privado y en actividades como producciones manufactureras y de alimentos, tras la reciente aprobación de 67 nuevas que se suman a las primeras 35 autorizadas en septiembre por el Ministerio de Economía y Planificación.
CONTRIBUCIÓN CON LÍMITES
El profesor asociado del Departamento de Economía de la colombiana Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Pavel Vidal, explicó a Efe que las mipymes dan inicio al modelo de economía mixta, al menos en términos de empleo y número de compañías.
"Son fuente de innovación, le añaden flexibilidad al tejido empresarial y contribuyen a la competitividad de las grandes empresas, tanto nacionales como extranjeras", añadió Vidal.
Sin embargo, quedarán muy lejos de tener una participación destacada en el Producto Interior Bruto por las restricciones a la acumulación: "Nadie puede estar en más de una pyme o ser socio de más de una cooperativa, y hay un límite máximo de 100 empleados".
El economista cubano Omar Everleny, por su parte, considera también que el importante aporte de estas empresas dependerá del cumplimiento de las normas jurídicas que no permiten la concentración de riqueza.
Las mipymes cubanas pueden integrarse por uno o más socios, se constituyen como sociedades mercantiles y se clasifican según el número de personas ocupadas como: microempresa, de 1 a 10 trabajadores; pequeña empresa, de 11 a 35, y mediana empresa, de 36 a 100.
Pueden ejercer en el sector estatal, privado y mixto, pero sin acceso a esferas estratégicas para el Estado como la salud, las telecomunicaciones, energía, defensa o prensa.
Tampoco podrán crearse en algunas de las actividades actualmente permitidas para los autónomos (trabajador por cuenta propia) como programador de equipos de cómputo, tenedor de libros, traductores e intérpretes, según el decreto-ley 46.
DESATANDO EL NUDO ECONÓMICO
El Estado cubano identifica como actores económicos del país a la empresa estatal socialista (el principal), las cooperativas no agropecuarias, el trabajo por cuenta propia (privado) y las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Estas últimas pueden exportar e importar, gestionar sus bienes y definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en mercados, además de operar cuentas bancarias y acceder a cualquier fuente lícita de financiación.
Después de que el exlíder Fidel Castro las prohibiera en 1968, las mipymes regresan a Cuba en uno de los momentos más complejos de los últimos tiempos por el impacto de la pandemia, la caída del turismo, el impago a los acreedores internacionales, el incremento de las sanciones de Estados Unidos, la devaluación del peso cubano y la demora en implementar las reformas anunciadas hace una década.
Esos factores son "claros obstáculos" para el desarrollo de las mipymes y su potencial, al menos en el corto plazo, según Vidal.
Everleny apoya esa idea al comentar que "con esas señales es muy difícil prever, al menos inmediatamente, que las mipymes sean otro motor impulsor de la economía, a pesar de sus enormes potencialidades".
EL PROBLEMA DE LA DOBLE MONEDA
El exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana agrega que otras limitaciones son "la obtención de los insumos necesarios para su accionar, sean importados o nacionales".
El asunto de la doble moneda, añade, es otro desafío porque muchas venderán en peso cubano (CUP), pero comprarán en moneda libremente convertible (MLC, un pago por tarjeta en dólares), "y el Estado no ha definido si le venderá MLC a un precio justo, que podría ser entre la tasa oficial y la informal".
Para recaudar divisas, los bancos estatales han facilitado la apertura de cuentas en divisa y ya más de 800.000 cubanos tienen tarjetas en esta denominación, donde reciben o depositan por lo general las remesas que envían sus familiares en el exterior.
Así, quienes tienen ingresos en dólares o euros pueden comprar en los comercios exclusivos en MLC, donde se ofrece una variedad limitada de productos que contrasta con las tiendas vacías de los supermercados y tiendas que aún venden en CUP. (EFE/Laura Becquer)