México-. Su trabajo era dar la bienvenida y despedir a las personas extranjeras que visitan el país, Javier era un agente migratorio que ocupaba uno de los filtros ubicados en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
A veces le tocaba trabajar en los filtros de la Terminal 1 y otras en la Terminal 2, siempre estaba listo para “dar luz verde” a los pasajeros que entraban al país o se despedían de tierras aztecas y con español, algo de inglés, señas, o con el traductor de Google hacía su labor en Migración cuando interactuaba con personas de España, Holanda, Francia, Colombia o Brasil.
Pero un día ese trajín se pausó, en diciembre de 2020 los saldos de la crisis llegaron al aeropuerto, y los despidos de personal migratorio.
Así, a Javier le llegó un oficio del área administrativa del Instituto Nacional de Migración (INM) para que fuera a la oficina de esa dependencia en el AICM. Lo primero que pensó fue en que lo iban a despedir, y así ocurrió.
“Llegué a la oficina donde me citaron y el personal de oficinas centrales del Instituto me notifica que estaba cesado por pérdida de confianza. Casi ya lo esperaba porque ya habían ocurrido más despidos como el mío, de personas con más de 5 o 10 años de antigüedad; quieren sacar a los de más antigüedad incluyendo al personal de base”, relata en entrevista.
Javier quiso abundar sobre la causal de despido, pero el mando militar que le informó su separación del cargo no explicó más y le respondió que si quería conocer más podía presentar una demanda laboral.
“Me negué a firmar mi cese en ese momento porque no me daban la liquidación que marca la Ley cuando es despido, no me daban ni finiquito, ¿cómo voy a firmar algo así?”, cuestiona.
El empleado asegura que en los más de 10 años de trabajo en Migración ha aprobado todos los controles de confianza, siendo el del 2019 el último que hizo y que aprobó, por lo que encuentra su despido injustificable, sin contar que el personal migratorio tiene carga de trabajo por falta de personal atribuida por los mandos al presupuesto.
Por ejemplo −indicó− hay 18 a 20 filtros migratorios en la Terminal 2 del AICM, de los cuales se ocupan por lo general solo 8 filtros, lo que implica mayor carga laboral e, incluso, molestia por parte de los pasajeros que vienen del extranjero porque al “aterrizar” en México lo primero que se encuentran es una larga fila para entrar al país.
“Hay una carga de trabajo tremenda porque solo 8 agentes tienen que atender lo de 18 filtros, además los sueldos son bajos si se considera la presión y estrés característico de ese puesto, la precarización laboral va al alza, mis compañeros y yo coincidimos en que a partir de que entró este gobierno la inestabilidad laboral aumentó, se sintió más fuerte que otros sexenios”, expone.