Bangkok, 15 nov (EFE/Gaspar Ruiz-Canela).- China es la principal signataria de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado de libre comercio del mundo rubricado en teleconferencia este domingo por 15 países de la región Asia-Pacífico tras ocho años de negociaciones.
El acuerdo, firmado virtualmente debido a la pandemia de la covid-19, representa cerca de un tercio de la economía mundial, con un PIB combinado de unos 26,2 billones de dólares (22,14 billones de euros) en la región con mayor crecimiento del mundo.
Antes de su entrada en vigor, la RCEP deberá ser ratificada por los diferentes países, que también son responsables del 28 por ciento del comercio mundial y comparten un mercado de unos 2.200 millones de personas, el 30 por ciento de la población mundial.
Presentado en el marco de la cumbre virtual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que finaliza hoy, la RCEP incluye a los diez miembros del bloque, así como a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
La ASEAN está formada por Birmania (Myanmar), Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, que este año asumió la presidencia rotatoria del bloque.
BENEFICIO ESTRATÉGICO PARA CHINA
Algunos expertos creen que la RCEP beneficia estratégicamente la posición de Pekín en la región respecto a Estados Unidos, que inició con la presidencia de Donald Trump en 2017 una política proteccionista en el comercio internacional.
Una de las primeras decisiones de Trump, que perdió las elecciones del pasado 3 de noviembre, fue sacar a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) que negociaba con más de una decena de países de América y Asia-Pacífico, sin incluir a China.
Debido a la pandemia de covid-19, los mandatarios firmaron la RCEP y siguieron a sus homólogos vía teleconferencia.
"La firma de la RCEP es no solo un hito de la cooperación regional de Asia Oriental, sino también una victoria del multilateralismo y el libre comercio", dijo Li Qeqiang, el primer ministro chino.
En un comunicado conjunto, los mandatarios destacaron que el tratado ayudará a la recuperación de sus economías ante el impacto de la covid-19, que ha afectado gravemente a muchos sectores debido a las restricciones y el impacto sanitario.
Algunas organizaciones no gubernamentales han criticado la RCEP por dar prioridad a los intereses de las multinacionales y desproteger a los pequeños productores, principalmente en el sector agrícola.
"La firma del acuerdo de la RCEP demuestra nuestro sólido compromiso con la recuperación económica, el desarrollo inclusivo, la creación de empleo y el fortalecimiento de las cadenas de suministro", indicaron.
Los firmantes destacaron su apuesta por un entorno de inversiones y comercio "abierto, inclusivo y regulado".
El megacuerdo rebajará los aranceles y cuotas para el 65 por ciento de los productos y aborda asuntos como la economía digital, las inversiones y la propiedad intelectual, aunque no sobre los derechos laborales y el medio ambiente.
INICIO DE NEGOCIACIONES
La RCEP comenzó a negociarse en 2012 como una iniciativa de la ASEAN con aquellos países con los que ya tenía tratados de libre comercio (TLC): Australia, China, Corea del Sur, Japón, India y Nueva Zelanda.
Sin embargo, India decidió desmarcarse del acuerdo el año pasado ante el temor de verse inundada de productos más baratos, principalmente de China.
Los países firmantes han dejado la puerta abierta a India en el caos de que desee unirse al acuerdo en el futuro.
CRÍTICAS
Algunos expertos opinan que el tratado permitirá activar la economía tras la pandemia y facilitará el comercio en la región al abrir mercados entre los países.
Sin embargo, algunas organizaciones no gubernamentales han criticado la RCEP por dar prioridad a los intereses de las multinacionales y desproteger a los pequeños productores, principalmente en el sector agrícola.
"Todo el proceso de negociación de la RCEP es un insulto a la democracia", dijo en un comunicado Sara Elago, parlamentaria filipina y miembro de Parlamentarios de la ASEAN para los derechos humanos (APHR, siglas en inglés).
Elago precisó que los gobiernos han privilegiado a las grandes empresas y han negociado el tratado de forma poco transparente, sin consultas a la ciudadanía y sin la supervisión de los parlamentos. EFE