La magistrada Procuradora Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ha informado que no participará en el concurso interno abierto por el Consejo Superior del Ministerio Público para llenar las plazas de aquellos titulares que hayan agotado los dos períodos que manda la ley o que hayan agotado su primer período de cuatro años sin completar el segundo, entre ellos la posición que ella ocupa, lo que ha generado sentimientos encontrados en la mayoría de los que conocemos el trabajo íntegro, independiente y capaz que ha realizado en sus 6 años y 7 meses.

Es positivo, y debe saludarse como tal, que se haya roto la inercia que existía con respecto a la necesaria movilidad dentro de la carrera del ministerio público para aquellos titulares que hayan agotado el período máximo que permite la ley, y que tal movilidad se haga sobre la base de concursos internos.

Sin embargo, en mi opinión, algo falló en las bases del concurso abierto, que ha provocado la reacción de la magistrada Reynoso. Ciertamente, existe una discrepancia entre la Ley 133-11, Orgánica del Ministerio Público y las bases del concurso que se ha convocado, que ha perjudicado a la magistrada Reynoso y que, especulo, le ha hecho tomar la decisión que ha informado al país. Cuando una persona no ha completado el tiempo máximo que puede estar en una posición, lo que procede primero no es un llamado a concurso sino una evaluación de desempeño. Solo en caso de que el (la) titular no quiera evaluarse o no pase la evaluación, puede llamarse a concurso para llenar esa posición.

El artículo 41 de la ley es claro cuando señala, con respecto a la posición de Procurador Fiscal Titular, que será elegido por un período de cuatro años y “su mandato podrá ser reconfirmado por un segundo y único período consecutivo previa evaluación de desempeño”. Llamo la atención por reiteración: lo que manda la ley en esos casos es una evaluación de desempeño y no un concurso, que son dos conceptos distintos.

¿Se negó la magistrada Reynoso a la evaluación de desempeño? La respuesta es no, y la dio ella misma en un tuit hace un par de semanas, antes que salieran publicadas las bases del concurso, en el que decía: “Estoy muy de acuerdo que con todos los fiscales titulares del país y los titulares de otras dependencias del MP que tenemos más de 4 años en funciones se cumpla la ley, que evalúen nuestro desempeño y que sea esa evaluación que defina nuestra permanencia o no.”

Lo que no comparte la magistrada y estoy de acuerdo con ella, es que se quiera someter a los que pueden ser reconfirmados, como manda la ley, a un concurso que entraña una serie de requerimientos innecesarios para los que han estado ocupando esa misma posición a la que aspiran, como pruebas técnicas o de conocimiento, pruebas psicométricas, entrevistas de selección o evaluación curricular.

La evaluación de desempeño que exige la ley busca determinar si la persona ha cumplido, con la calidad esperada, las obligaciones de la posición que ha desempeñado. Una definición de este concepto nos dice que una evaluación de desempeño es “un proceso sistemático y periódico de estimación cuantitativa y cualitativa del grado de eficacia con el que las personas llevan a cabo las actividades y responsabilidades de los puestos que desarrollan”. Como se aprecia es algo bien distinto a un concurso.

Alguien me mencionó que la magistrada Reynoso no había sido seleccionada por concurso como titular de la Fiscalía del Distrito Nacional, por lo que someterse ahora ayudaría a legitimar su selección, aunque sea para el resto del período. Después de haber reflexionado sobre este punto, recuerdo que ella fue seleccionada como titular de la Fiscalía de Santiago por concurso, y fue trasladada por el Consejo Superior del Ministerio Público al Distrito Nacional para sustituir a Alejandro Moscoso Segarra, quien había sido designado en la Suprema Corte de Justicia. Además, creo que el nivel de legitimidad que ella ha alcanzado gracias a su desempeño descarta este argumento, y a la legitimidad que tiene solo le resta sumar la legalidad que obliga a una evaluación de desempeño, que debió ocurrir hace dos años, sin que la dilación le sea imputable.

No existe discusión sobre el hecho de que le quedan solo 18 meses para completar el período máximo de duración consecutiva en la posición, pero que el período restante sea corto no debe ser excusa para no cumplir con lo que manda la ley.

Ahora corresponde al Consejo Superior del Ministerio Público preservar para el MP, dentro de los parámetros de la ley, no solo el talento de la magistrada Reynoso, sino además el de otras destacadas titulares del MP que podrían estar en situaciones similares.

Esos talentos que se desarrollan dentro de la carrera del MP deben encontrar siempre el estímulo de los ascensos y el trato correcto, apegado a la ley, por escalafón, sin favoritismo, pero con sentido de justicia, para evitar su fuga, como ha ocurrido siempre en el sector público. Por eso es una pena que a siete años de la Ley 133/11, que manda la aprobación de un escalafón dentro de la carrera, todavía el mismo no exista.

Tengo por aclarado que por aplicación de la ley no es posible que la magistrada Reynoso pase a una procuraduría especializada, como el PEPCA, donde muchos quisiéramos verla, pues el artículo 53 de la Ley 133/11 establece que las mismas están a cargo de Procuradores Generales de Corte, posición que la magistrada aún no tiene.

Sin embargo, la magistrada Reynoso podría ser muy útil al MP asumiendo la responsabilidad de casos trascendentes y complejo, sobre todo en la fase de investigación y litigación, que son dos de sus principales fortalezas. Pudiera ser ascendida a Procuradora General de Corte de Apelación y desde allí asumir los casos de relevancia, tipo de casos que ha manejado con rotundo éxito. Esto es perfectamente posible por asignación hecha por la Dirección General de Persecución del Ministerio Público en virtud de lo dispuesto por el artículo 52, ordinal 7, de la ley, con la excepción de aquellos casos que deban conocerse en primer grado en Corte de Apelación o en la Suprema Corte de Justicia.

Como dijo la magistrada Reynoso, nadie es indispensable. En el MP existe talento para ocupar la posición de Fiscal del Distrito Nacional, y quien sea tendrá el camino que ha dejado trillado su actual titular, que ha demostrado que se puede luchar contra las presiones del crimen organizado y de los sectores partidarios, sociales, empresariales, sindicales, religiosos, y de cualquier naturaleza, y salir bien parada.