El 17 de julio del 2013 dos turistas uruguayas fallecieron por intoxicación en Juan Dolio. Fue una tragedia terrible, y un motivo de gran desprestigio para la salud pública y para el turismo dominicano.

El caso apareció reseñado en los medios de comunicación como una noticia más, entre las muchas tragedias que se toleran en cualquier lugar. Pero no. El hecho fue más que trágico, y fue mucho más que un accidente, como inicialmente se dijo que había sido.

Unos vecinos del complejo habitacional donde estaban las dos turistas, decidió fumigar su casa, y lo hicieron sin considerar el peligro que representaba para ellos y para los demás habitantes del lugar la sustancia tóxica utilizada.

La nota del diario Hoy recoge el suceso de este modo:

JUAN DOLIO.  Miembros del Ministerio Público y la Policía Nacional investigan las causas de la muerte de dos turistas procedentes de Uruguay, en un apartamento de un complejo habitacional de esta zona turística.

Se trata de las nacionales uruguayas Alicia Beatriz de los Santos, de 68 años de edad, y Nuris Beatriz, de 66 años.

El médico forense informó que aún no se ha determinado la causa de la muerte de las turistas y que está pendiente un exámen hepatológico. Ambas extranjeras se encontraban de paseo en el país.

Las víctimas fallecieron al parecer por inhalar una sustancia tóxica. Según las autoridades en un descenso que se realizó en el lugar, se pudo determinar que los vecinos de un apartamento ubicado en el primer nivel del complejo habitacional fumigaron con un producto para eliminar termitas y otros insectos lo que tal vez pudo provocarles la muerte, pero que hasta el momento esta versión no se ha confirmado.

El primer teniente Tony Aquino Sánchez, encargado del Departamento de Investigaciones de Homicidios de la Policía Nacional, expresó que las investigaciones van avanzadas y que en la menor brevedad darán un informe para determinar si en el hecho existieron manos criminales.

La historia concluye, aparentemente en este punto. No hay más datos, no hay nuevas informaciones sobre la investigación, pero resulta que sí hubo familiares dominicanos implicados y personas reconocidas directamente afectadas.

Sin embargo, ni el Ministerio de Medio Ambiente, ni el Ministerio de Salud Pública, y menos el Ministerio de Turismo, tomaron en consideración esta tragedia para prevenir acontecimientos parecidos. Que no se repita la historia. Es lo que hacen funcionarios responsables y los países donde hay normas o procedimientos más o menos organizados.

La pasada semana ocurrió una situación igual, en plena ciudad de Santo Domingo, y para ser más específicos, en el sector de Bella Vista, donde  los jóvenes esposos Yasser y Joanna Mármol estuvieron a punto de morir intoxicados a causa de un químico letal utilizado por una empresa de fumigación en el apartamento de unos vecinos. Yasser es hijo del intelectual José Mármol, quien ha emprendido acciones de denuncias –y legales- para alertar sobre una práctica aparentemente común con el uso de tóxicos sin ninguna regulación.

Es un atentado criminal el que se produce por parte de una empresa, cualquiera que sea, que utilice veneno sin medir las consecuencias y sin advertir que está poniendo en peligro la vida de personas indefensas, como ocurrió con las dos turistas uruguayas en Juan Dolio, en julio del 2013.

La jornada de denuncia del intelectual José Mármol debe servir para que las autoridades tomen medidas urgentes y evitar, de una vez por todas que estas prácticas nocivas, criminales, continúen.

Las empresas responsables de fumigación debían tener todas las normas prudenciales del uso de los tóxicos que administran, y los empleados de estas empresas, debían ser certificados y bajo los procedimientos  oficiales, que por cierto, parece que no han sido escritos ni aprobados.

La empresa responsable de la tragedia está identificada, es Trimir Pest Control. Y el veneno utilizado es conocido por ellos: dos químicos altamente tóxicos y letales (Fosfina Fosfuro de Aluminio e IMIDAN 20SC, ambos especifican en la etiqueta que “No tiene antídotos”) para acabar con la plaga.

Es necesario buscar una forma de sentar un precedente, y de paso, responder con acciones positivas el daño que ya se ha provocado a toda la sociedad. Nunca sabremos cuántas personas han muerto en situaciones como estas. Gracias a una acción rápida e inteligente de Yasser, quien advirtió el grave estado en que se encontraba su esposa, pudo actuar para salvarla a ella y salvarse él.

¿Cuándo las autoridades van a establecer las reglas sobre el caso?