El sistema de salud dominicano es altamente deficiente y arbitrariamente costoso para las personas y las familias. Las familias dominicanas consumen, aproximadamente, un 30 por ciento del presupuesto mensual, en cuidado de la salud, en los casos en que no se tiene uno de los miembros con alguna enfermedad de las llamadas catastróficas.
El Ministerio de Salud Pública, como ente regulador no ha podido hasta el momento jugar su rol como rector del sector salud. Apenas acaba de transferir los servicios hospitalarios al Servicio Nacional de Salud, y no ha tenido tiempo de completar este proceso, cuando el Colegio Médico Dominicano ha levantado por nueva vez sus reivindicaciones salariales sin modificar el horario de servicios de los médicos contratados.
Por otro lado se encuentra el tema presupuestario, que pese a los aumentos que ha tenido el Ministerio de Salud, no es suficiente para atender las demandas de los usuarios de servicios de calidad, así como las solicitudes de los médicos de mejorías salariales, además del arreglo y equipamientos de las instalaciones sanitarias.
Paralelamente a ello está el tema de los medicamentos y sus altos costos, las enfermedades catastróficas en las personas de escasos recursos, y la puesta en marcha de un sistema de seguridad social segmentado en sistemas contributivo y subsidiado, y contributivo-subsidiado, que también forma parte del régimen de supervisión que debe asumir el Ministerio de Salud Pública, independientemente de las labores de los organismos especializados, como la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales y la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados.
Los problemas del sector salud son muchos, y más graves que aquellos que han llevado a paralizar durante semanas los servicios en los hospitales públicos por parte del Colegio Médico Dominicano.
El gobierno cometió el error, gravísimo en este caso, de someter a mejoramiento a la vez a por lo menos 50 centros de salud en todo el país. Eso ha representado una carga muy pesada para los centros de salud en condiciones de brindar servicios. El presidente Danilo Medina puso en retiro a miles de profesionales de la salud que estaban en el sector público, con salarios completos, muchos de los cuales todavía podían y tenían interés en seguir ofertando su trabajo.
Las huelgas del Colegio Médico Dominicano podrán superarse en los próximas días o semanas. Las consecuencias de esas paralizaciones las han pagado los pobres y no sabemos la cantidad de personas que ha agravado su condición de deterioro por estas paralizaciones, ni si han muerto ciudadanos por estos paros. Sabemos que estos actos inhumanos tienen que cesar.
Es cierto que el salario de los médicos tiene que mejorar, y el gobierno debe hacer conciencia de esta necesidad, pero los médicos tienen que aprender a dedicar más tiempo a los servicios públicos, no sólo 10, 20 0 30 horas a la semana. Y hace falta trabajar la parte más dramática y difícil: La mejoría de la calidad de los servicios que se ofrecen en los centros hospitalarios estatales.
Es muy grande la distancia que existe entre la atención que se brinda en hospitales públicos, por ejemplo, a la que se ofrece en los centros privados. A veces siendo el mismo médico que trabaja en un hospital público y en una clínica privada, cuando ofrece sus servicios profesionales debía regirse por unas normas, pero trata distintamente a las personas que “no pagan” que a las que pagan. El pueblo llano no merece calidad de atención, dirían algunos de estos profesionales.
Corresponde al Ministerio de Salud verificar esta calidad de atención. Igual que corresponde al Ministerio superar muchas de las deficiencias, irresponsabilidades, abusos y hasta daños o iatrogenia, con los pacientes y clientes del sistema de salud, público y privado.