Que dos coroneles se hayan combinado para permitir, en La Romana, que narcotraficantes pasaran frente a las autoridades con 625 kilos de cocaína, no debe extrañar a nadie.
Que los agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas sean al mismo tiempo socios de los narcotraficantes, tampoco debe extrañar, luego que por lo menos dos jefes de operaciones de la DNCD hayan sido extraditados a los Estados Unidos por tráfico de drogas.
Tampoco deberá sorprendernos que la República Dominicana siga siendo un puente preferido por narcotraficantes internacionales para hacer negocios, meter trazas de drogas, y hasta negociarlas desde nuestro país. Total, la economía dominicana tiene gran capacidad para absorber grandes partidas de dinero del narcotráfico, pese a que hemos aprobado leyes que sancionan el lavado de activos procedentes de negocios ilícitos, como las drogas.
Algunos deberán recordar que el llamado o autodenominado zar de las drogas en el país fue Marino Vinicio Castillo, presidente de la Fuerza Nacional Progresista, quien era considerado por el doctor Leonel Fernández, siendo presidente de la República, como un modelo de compromiso contra las drogas y hombre duro, resistente a cualquier contacto con ese tipo de negocio criminal.
Vincho Castillo fue también asesor del Poder Ejecutivo en materia de drogas durante varios años, y tenía su propia agenda sobre estos temas, sustentada generalmente en su asiento en el Palacio Nacional.
Luego el doctor Castillo fue Director de Ética e Integridad Gubernamental, y se convirtió en un gurú de la ética oficial, sin proceder nunca contra ningún corrupto, como tampoco procedió nunca contra ningún narcotraficante. Toda se reducía a hacer historias, cuentos, anécdotas y a prever oscuros nubarrones sobre la sociedad dominicana, principalmente por los políticos relacionados con el narcotráfico, entre los que incluyó a Salvador Jorge Blanco, Hatuey Decamps, José Francisco Peña Gómez y una parte del PRD, Milagros Ortiz Bosch, Guido Gómez Mazara, Hernani Salazar y tantos otros. O contra empresarios dominicanos, que eran señalados irresponsablemente, o como ocurrió contra Hipólito Mejía contra quien se lanzó un aluvión de acusaciones en las elecciones del 2012, imposible de demostrar.
Todo ese andamiaje publicitario comienza a tener respuesta ahora. Y habrá que buscar un poco más los detalles, incluso de otras personas vinculadas a ese entorno político de la derecha ultranacionalista, para conocer si todo aquello era cierto o era una simple excusa para hacer política o montarse, de forma oportunista, sobre una calamidad nacional con el deliberado propósito de sacar ventajas o sepultar adversarios.
El acostumbrado recurso de vincular a gente honrada y seria con las drogas se gastó. Y lo siguieron utilizando mientras estuvieron en el poder, como pasó con la justicia, la reforma agraria, el Estado, los organismos de seguridad, y tantos otros recursos para provecho particular y de un partido llamado, paradójicamente, Fuerza Nacional Progresista.
Debe dejarnos más que sorprendidos que un regidor de la FNP (el único se ha dicho) obtenido en las elecciones del 2016, haya sido descubierto como parte de una red de tráfico de drogas en el Municipio de La Ciénaga, Bahoruco. Ese regidor, Bolivar Matos Féliz, salvó a la FNP de salir a recoger firmas para buscar su reconocimiento. Obtuvo 1,071 votos y se le acaba de descubrir traficando 1,026 kilos de cocaína en las costas de Barahona. La candidatura presidencial de la FNP, en la persona del hijo de Vincho, señor Pelegrín Castillo, obtuvo el 0.35% de los votos.
La DNCD ha informado sobre el descubrimiento, pero ha sido muy cautelosa para informar que el regidor Bolívar Matos Féliz fue electo en la lista de miembros de la FNP. En su nota solo se menciona que "un regidor", pero no se dice al partido que pertenece. ¿Un favor por servicios prestados en el pasado?
Las alarmas tienen que haberse disparado de forma escandalosa para que los investigadores de la DNCD escucharan las llamadas y los arreglos del regidor patriótico. Se podría alegar que Manuel Ernesto Paulino Castillo era oficial o que algún traficante, como Arturo del Tiempo Marqués, tuvieron fuertes vínculos con los organismos de seguridad del Estado y con altos oficiales. Pero en este caso se trata del único funcionario electo de la FNP en las elecciones del 2016. Si hay otros regidores electos por esa organización sería útil conocer la lista de funcionarios electos por las siglas de la FNP.
Este caso es dramático y patético. Y una vergüenza. En beneficio del doctor Vincho Castillo habría que decir que él no puede hacerse responsable de los actos de los muchos miembros de su partido. Sin embargo, como Bolívar Matos Féliz era la una persona electa por la FNP en todo el país debieron darle algún seguimiento y también ofrecerle consejos, además de haberlo pasado por las aulas de la la escuela de Formación Política presidente Ramón Cáceres, creada por la Fuerza Nacional Progresista (FNP) en el 2008, y que inauguró el doctor Leonel Fernández. Si es que eso podía salvar a este grupo político de la deshonra que hoy le derriba moralmente.