La crisis en el Medio Oriente está creando un nerviosismo preocupante en los grandes mercados internacionales. Los precios del petróleo han ido subiendo poco a poco, en la medida en que se han incrementado los nuevos conflictos en el norte de África, con los casos más notables de Túnez, Egipto y Libia.

El presidente Leonel Fernández acaba de hacer unas declaraciones casi fatalistas sobre los precios del petróleo, en una discusión sobre los conflictos en el Medio Oriente, realizada el pasado viernes en la Fundación Global Democracia y Desarrollo.

Ha dicho el presidente Fernández lo siguiente: "Si se interrumpe el suministro de petróleo de Arabia Saudita llegaría (el precio) por lo menos a 300 dólares el barril. Por supuesto para un país como la República Dominicana no habría solución a una situación de esta naturaleza".

El doctor Fernández ha sido y sigue siendo un hombre muy mesurado, conservador en los juicios, y pocas veces lo hemos visto haciendo vaticinios alucinantes como este

Y llegó más lejos al admitir, en su inquietante reflexión, que: "Por tanto, estar alertas a estos temas, darles seguimiento, es clave para nosotros (los dominicanos) porque tiene que ver con la supervivencia como nación y las posibilidades de prosperidad y estabilidad".

El doctor Fernández ha sido y sigue siendo un hombre muy mesurado, conservador en los juicios, y pocas veces lo hemos visto haciendo vaticinios alucinantes como este. Si el presidente Hugo Chávez, con su mentalidad calenturienta y sus reservas de petróleo, ha dicho que el precio del barril podría llegar a los 200 dólares, ¿cómo se le ocurre al presidente Fernández decir que el precio podría llegar a 300 dólares?

Se trata, por supuesto, de una alerta del presidente dominicano, que ya nos ha dicho que está preocupado por la especulación con los precios de los alimentos, y en ese sentido ha enviado una carta al presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, apoyándolo para que este tema sea incluido en la agenda de los países G-20, es decir las veinte potencias económicas.

Las inquietudes del presidente tienen validez. Porque es cierto que lo ocurrido en el norte de África tiene que ver con nosotros. El presidente lo dijo en estos términos:

"Hay por consiguiente, una interdependencia, hay una interrelación, hay una interconexión de lo que está pasando en el mundo. Algo muy remoto y muy distante de nosotros, sin embargo, puede afectar la vida individual de cada uno de nosotros y eso es lo que está pasado en el caso del norte de África y el Medio Oriente".

La pregunta que brota, sin pensarlo mucho, es la siguiente: ¿Qué está haciendo el gobierno dominicano para reducir el consumo de combustibles y los demás derivados del petróleo?

Y podrían surgir nuevas inquietudes. ¿Podremos seguir manejando un consumo de combustible que, mientras más gasolina queman los automóviles, las industrias y el sector eléctrico, más gana el gobierno con impuestos pocos transparentes?

¿Cuál es la política en ejecución en este momento para reducir la dependencia de los carburantes, por ejemplo, en el sector eléctrico, tanto tiempo en crisis? ¿A dónde quedó el famoso programa de austeridad y hasta una ley que el mismo gobierno terminó violando?

¿No es inquietante preocuparse tanto por lo que pasa fuera del país, en lugares tan lejanos como el norte de África y el Medio Oriente, y poco por lo que debemos hacer aquí?