Los fundamentalistas salvadoreños han mostrado al mundo su desconsideración y desprecio por la libertad y la capacidad de decidir de las mujeres.
Pidieron 40 años de cárcel contra Evelyn Hernández, una joven de 21 años que fue violada, resultó embarazada y perdió la criatura de forma involuntaria. Pasó dos años en prisión y esperó hasta esta semana cuando un tribunal debía decidir si absorberla de responsabilidad, como pedían las organizaciones de mujeres y las instancias de derechos humanos, o condenarla a 40 años de cárcel como solicitó la Fiscalía de San Salvador con el apoyo de los fundamentalistas eclesiales y el llamado movimiento Pro-vida.
La acusación contra Evelyn Hernández era de homicidio agravado. Es lo mismo que está establecido en el viejo Código Penal Dominicano y lo que desean los fundamentalistas locales que quede establecido en el nuevo Código Penal que el presidente ha presentado en dos ocasiones y que ha sido rechazado por los diputados. Danilo Medina ha solicitado que se incluya la excepción de condena por interrupción voluntaria del embarazo en tres casos, y los fundamentalistas religiosos y políticos dominicanos lo rechazan. Desean que seamos como los fundamentalistas de El Salvador.
“Un juez del Tribunal de Sentencia de Cojutepeque (centro de El Salvador) ha absuelto este lunes a Evelyn Hernández, la mujer de 21 años que fue condenada a 30 años de prisión por el delito de homicidio agravado tras sufrir un parto extrahospitalario en el que murió el feto. El embarazo de Hernández fue fruto de una violación continuada que nunca denunció ya que estaba amenazada por el agresor”. Así inicia una de las historias periodísticas que se publicaron este lunes. El riesgo de condena estaba presente, y el solo hecho de que un tribunal de Primera Instancia había condenado a 30 años a Evelyn Hernández era ya terrible. El fervor de los fundamentalistas con la espera de la condena era más que vergonzoso, este siglo XXI.
La tragedia no puede ser más horrible:
“La joven dio a luz el 6 de abril de 2016 en una comunidad rural de la provincia central de Cuscatlán. Sintió dolores abdominales y fue a la letrina de su casa, donde sufrió una hemorragia y se desmayó. Había sufrido abusos sexuales durante meses, pero nunca denunció a su violador porque la había amenazado con matar a su madre. Tampoco sabía que estaba encinta, por lo que su defensa alega que ella había tenido un embarazo asintomático. Su madre la llevó a un hospital local, donde los médicos determinaron que la mujer había abortado. Entonces comenzó su calvario, detención y juicio mediante, que ha concluido con la sentencia de este lunes”. Eso cuenta la Historia escrita por Carlos Salinas Maldonado, publicada por el diario El País, de España.
Es lo que procuran los fundamentalistas dominicanos. Que volvamos al momento de la historia en que estas terribles torturas se reproducen a diario, sin el menor pudor, para condenar a las mujeres, proteger a los violadores y “dar el ejemplo” de cómo proteger la vida de los llamados “no nacidos”.
“Un magistrado condenó a Hernández en 2017 a tres décadas de prisión, pero la Corte Suprema del país centroamericano anuló la sentencia el año pasado y ordenó que se realizara un nuevo juicio. A pesar de ese fallo estuvo en prisión durante 33 meses, hasta que un tribunal local decretó en febrero su salida del penal de la capital, San Salvador. La autopsia practicada al cuerpo de 32 semanas de gestación estableció que falleció a causa de una “neumonía aspirativa”. Los letrados de Hernández alegaron que nació muerto. Elizabeth Deras, una de las abogadas defensoras, dijo que “la Fiscalía no tenía respaldos para sustentar su acusación". La institución pedía 40 años de prisión, pero el juez determinó este lunes que Hernández quede definitivamente en libertad”.
La irracionalidad instalada como sancionadora de la conducta individual de una mujer que sufrió todos los vejámenes, maltratos y violaciones de sus derechos. Contra Evelyn están los órganos de justicia de El Salvador, a favor de ella ninguno. Llegar hasta este momento ha sido un calvario.
Es un caso para ser reflexionado por los tomadores de decisiones en la Cámara de Diputados, donde ha estado detenido el nuevo Código Penal Dominicano. Que miremos el espejo de Evelyn Hernández en El Salvador. Y no permitamos jamás ninguna condena para las muchas Evelyn Hernández dominicanas.