Con el año escolar a punto de finalizar, no comprendemos la prisa exhibida por el Gabinete de Salud y el Ministerio de Salud Pública para animar una apertura de clases semi presencial.
Si la asistencia de los estudiantes a las aulas no es obligatoria, no se entiende que en etapa tan avanzada del curso se persista en abrirlas ante un preocupante rebrote del COVID 19.
Aunque se alega que el retorno a clases "es importante" no se elabora suficientemente el concepto, lo que deja huérfano de basamento relevante una decisión que debería ser mejor sopesada.
Por demás, resulta en apariencia incongruente que a la vez que Salud Pública apoya el regreso a las aulas, haya emitido una alerta epidemiológica para el Distrito Nacional y El Gran Santo Domingo debido al aumento de casos positivos en esas dos demarcaciones. El presidente de la República, Luis Abinader, posteriormente amplió las restricciones en estas dos demarcaciones para evitar una mayor expansión del virus.
Las exhortaciones a que la población acuda a los centros de vacunación son pertinentes, como necesarios son también los llamados a observar las medidas ya contempladas para frenar los contagios. Pero acondicionar escuelas y focalizar las clases en determinados lugares es un empeño que luce no rendirá los frutos esperados. En algunos casos, como Navarrete, han tenido que retornar a las clases virtuales por el peligro del contagio.
Más recomendable sería que ese acondicionamiento físico de los planteles, así como mecanismos y protocolos consecuentes se desarrollen con vista al próximo año escolar, recogiendo experiencias y afinando sus enseñanzas.
Cierto que con la novedad de las clases virtuales se ha derivado un impacto social en los hogares que imaginamos ya es objeto de estudio, pero desplegar recursos cuando ya el año escolar toca a su fin nos parece un esfuerzo que debiera invertirse en otras iniciativas.
La posición en contra del sector magisterial y el Colegio Médico añade por igual una tensión latente en un momento en que resulta indispensable aunar voluntades para avanzar en una sola dirección.
Ojalá que se revise concienzudamente eso de volver a clases ahora, justo cuando se precisa de cohesionar esfuerzos para controlar definitivamente la pandemia y prepararnos para garantizar una pronta vuelta a una nueva normalidad sin mayores peligros.