El Tribunal de Jurisdicción Original, bajo la dirección de la magistrada Alba Luisa Beard, dictó sentencia el lunes, anulando los títulos de propiedad que habían sido emitidos durante un largo de período de oscuridad e impunidad para favorecer a personeros que querían aprovecharse del patrimonio colectivo.
Saludamos la sentencia y saludamos el gran trabajo realizado por el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, la magistrada fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, y los abogados Laura Acosta Lora y Nassef Perdomo Cordero.
Ha sido un triunfo de la dignidad y del decoro ante el interés manifiesto y osado de utilizar la cosa pública en provecho de particulares. La forma en que se realizó el despojo, la cantidad de títulos falsos, y la propia historia de la repartición de las parcelas de un punto de gran valor turístico como fuese terreno agrícola, no dejaba lugar a dudas sobre la decisión que debían asumir las autoridades del gobierno y la propia justicia.
El presidente Danilo Medina jugó un papel decisivo en este proceso, y sin su interés no hubiésemos podido alcanzar la justicia. Esta decisión es histórica y se trata de un caso de altísimo valor ético y social.
Quién inició este proceso, hace 17 años, fue la doctora Carmen Altagracia Lora Iglesias (Piky), quien siempre defendió que esos terrenos eran del Estado. El trabajo lo ha llevado en formo honorífica hasta este momento la doctora Laura Acosta Lora, precisamente la hija de Piky, quien con su labor, honra y satisface la memoria de su distinguida madre.
El gobierno tiene ahora la oportunidad de iniciar un proceso de identificar posibles opciones de aprovechamiento, en convivencia con el medio ambiente y sin lesionar lo que allí la naturaleza nos legó, para que Bahía de las Aguilas rinda frutos a la sociedad y en particular a las comunidades de la provincia de Pedernales.
Siempre es posible actuar con transparencia. El Ministerio de Turismo podr[ia hacer mucho en este ámbito, y Danilo Medina tiene méritos suficientes para ponerse de acuerdo con inversionistas que desarrollen el extraordinario potencial que tiene esa zona. Ojalá sea posible.