El presidente Luis Abinader recibió una llamada telefónica del primer ministro de Haití, Ariel Henry, para conversar sobre las relaciones de los dos países.
La información fue ofrecida por el propio presidente Luis Abinader, y ahora sabemos que Henry le dijo al presidente "que no estaba de acuerdo con ninguna manifestación que fuese imprudente”, en una obvia y diplomática referencia a las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Haití, Claude Joseph.
La máxima autoridad en Haití ha hablado, y ha desautorizado al funcionario que hizo comentarios por Twitter fuera de tono, que el ministro de Interior y Policía de República Dominicana, Jesús Vásquez, calificó como “imprudentes”.
No se puede esperar una excusa más clara que esta. El primer ministro de Haití tiene fuego por todos lados en su país. La designación de Claude Joseph como ministro de Exteriores se realizó como parte de una negociación política, y obviamente no puede destituirlo.
Recordemos que Claude Joseph era el primer ministro en el momento en que ocurrió el magnicidio de Jovenel Moise el 7 de julio pasado. El presidente Moise había decidido cambiarlo por Ariel Henry, pero ese cambio no llegó a ejecutarse por el asesinato del presidente unas horas de que juramentara al nuevo primer ministro.
La situación política del primer ministro es de gran debilidad, y no es descartable que las declaraciones de Claude Joseph sobre República Dominicana respondieran más a intenciones políticas internas que a las reales relaciones con los dominicanos.
Es una decisión inteligente y prudente del primer ministro haitiano, y se corresponde que nuestro gobierno asuma con cautela esta excusa, y la acepte, para retomar nuestra postura original que solicita a los líderes de la comunidad internacional asumir el compromiso de ayudar a Haití. Ojalá que así sea.