El asalto a los viajeros que salen del Aeropuerto Internacional LA-José Francisco Peña Gómez es algo conocido por las autoridades. Delincuentes con informaciones de primera mano conocen los viajeros que salen con dinero y otros objetos de valor y los asaltan. El tema tiene algunos años como preocupación, pero nadie le había puesto nombre.
Esta semana el señor Carlos Cota Lama, representante del Gobierno en el AILA-JFPG, denunció que empleados de la Terminal, combinados con empleados de casas de cambio de dinero y con policías y militares asignados allí, son los responsables de los asaltos. Hay una mafia que opera, que asalta, que mata y que hace un gran daño a la imagen del país.
Es la Policía Nacional, las empresas particulares que brindan servicios en el Aeropuerto y las propias autoridades aeroportuarias y administrativas del AILA-JFPG las que deben actuar con conjunto, detectar a esos delincuentes y criminales, someterlos a la justicia y brindar seguridad a todo el que llega al país por esa vía.
Esa denuncia de Carlos Cota Lama no debe quedar como una simple información más. Los datos existen y se sabe que los agentes policiales del aeropuerto son los que ponen obstáculos para evitar que los delincuentes sean apresados.
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