El martes de esta semana el Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, se dirigió al país con un mensaje sobre el estado de la pandemia y las medidas que ha adoptado y seguirá adoptando el gobierno dominicano.
Pese a los datos optimistas ofrecidos, en relación a nuestro privilegio de estar colocado entre los países menos impactados por el Covid-19, el coordinador de la Comisión de Alto Nivel para Combatir el Coronavirus, anunció que a partir de este jueves 30 de julio toda persona que desee ingresar al país desde el exterior está obligada a presentar una Prueba PCR de un máximo de cinco días, previo a su arribo al territorio dominicano, y en caso de no contar con la prueba la persona será sometida a pruebas por el gobierno dominicano, y retenida mientras se determina si tiene o no tiene el virus.
Lo dicho por el doctor Montalvo fue lo siguiente:
“Tal y como se hace en otros países, a toda persona que llegue a nuestro territorio, se le evaluará su condición de salud y, de dar positivo en la prueba o síntomas asociados al Covid 19, será aislado en los centros habilitados con este objetivo”.
En esa misma intervención el señor Montalvo habló de las dificultades para disponer de pruebas, y para su utilización en los centros de salud del país. Si ese es el caso ¿cómo es posible que dediquemos pruebas adquiridas con dificultades para aplicarlas a los turistas que lleguen al país, y que han venido precisamente por una invitación de las autoridades para que se reactiven las actividades turísticas?
Esta decisión debe ser revisada con urgencia. Estados Unidos es nuestro aliado más importante en materia turística, pues nos envía más del 50 por ciento de los turistas que nos visitan. En 2018 del total de turistas que nos visitaron el 52% vino desde los Estados Unidos. Disponer un corto período de cinco días como límite para presentar pruebas PCR, al entrar al país, y anunciar que serán retenidos y examinados por las autoridades dominicanas los que deseen entrar sin pruebas, es una manera de tumbar todos los vuelos y las reservaciones que se han obtenido en las gestiones realizadas por las empresarios, touroperadores y autoridades.
Ya conocemos las disposiciones de las autoridades norteamericanas, recomendando a sus ciudadanos cuáles países pueden visitar y cuáles no. Las preferencias por las playas dominicanas, por el calor del caribe nuestro siguen vivas, y eso ha permitido crecer a nuestra Industria turística.
Pero hay un dato adicional. La diáspora dominicana se encuentra mayoritariamente en Estados Unidos. Estamos cerrando las puertas también a los dominicanos que, por cualquier circunstancia, en este momento desean visitar su país.
Desde Estados Unidos llegaron a República Dominicana un total de 2,030,257 pasajeros vía aérea en 2019. Las medidas anunciadas por Gustavo Montalvo chocan duramente con las gestiones que está haciendo en estos momentos en Estados Unidos, el ministro de Turismo anunciado para el próximo gobierno, David Collado, quien acaba de reunirse con los principales ejecutivos de Apple Leisure Group, la principal empresa turoperadora para México y el Caribe.
Apple Leisure Group mueve anualmente 3.2 millones de pasajeros, es el principal operador hotelero de la República Dominicana, reporta ventas anuales superiores a los US$5,000 millones y cuenta con 30,000 empleados.
Es verdad que aún no llega el 16 de agosto, y que el gobierno tiene la responsabilidad de tomar medidas para evitar la propagación del Covid-19, más allá de lo que se ha expandido, sin embargo obstaculizar la reapertura del turismo, la principal industria dominicana, deja muchas dudas sobre la idoneidad de la disposición.
La principal medida para la reactivación económica es detener los contagios. Ese es un trabajo interno, un trabajo colectivo, en el que las autoridades han debido involucrar a todos los sectores. Mirar el contagio por el lado de los extranjeros, o los turistas, es un error en este momento. El virus tiene un crecimiento comunitario, y eso lo saben muchos países, como Estados Unidos, y por esa razón no recomiendan a sus ciudadanos venir al país. La labor es interna, y ahí es donde Montalvo y el gobierno deben poner énfasis.