Los argumentos utilizados por el presidente de la República, Danilo Medina, debían ser suficientes para que el Congreso Nacional actúe y actualice modernizando los criterios que ha utilizado para aprobar en dos ocasiones una propuesta de Código Penal que no se corresponde con el deber que tienen los funcionarios públicos para defender los derechos y las vidas de las mujeres.

Felicitamos al presidente Medina por la reiterada posición de defender el derecho que tienen las mujeres a la dignidad y a la vida por situaciones excepcionales, contrarias a su voluntad, y que normalmente le vienen dadas por abusos masculinos o por malformaciones involuntarias del feto.

El testimonio que ha dado el presidente es genuino y convincente.

Ha dicho el mandatario que “en lo que a mí concierne, como ciudadano y como ser humano, con mis creencias y convicciones, estoy plenamente identificado con ese mandato constitucional. Como presidente me planteo todos los días cómo hacer cada vez más para ayudar a nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas a tener una vida digna, con bienestar y seguridad. Cuando salgo a recorrer nuestras comunidades, tanto urbanas como rurales, siempre me planteo qué más puedo hacer, junto al equipo que me acompaña en el ejercicio gubernamental, para sacar a la gente de la pobreza, de la exclusión y de la precariedad en las que una parte importante de nuestra sociedad todavía se encuentra. Me planteo cómo hacer para reducir la violencia, el maltrato y la vulnerabilidad, de modo que cada quien tenga la oportunidad de salir adelante, realizar toda su potencialidad y cumplir su sueño”.

Es por ello que Danilo Medina entiende no solamente constitucional, sino cónsono con los valores predominantes en la sociedad dominicana, el establecimiento de excepciones a la penalización del aborto cuando la vida de la madre corre peligro, cuando el embarazo fuese resultado de una violación o incesto, o cuando se determine clínicamente que el feto contiene una malformación que haga inviable la vida del concebido.

Creemos que es la decisión más justa del presidente de la República. Es la segunda ocasión en que devuelve el Código por las mismas circunstancias. Con una diferencia notable. En esta ocasión, el presidente Medina ha tenido el acierto de indicar claramente como es que deben decir los artículos 107 y 110 del Código Penal, incluyendo las excepciones en los casos de interrupción voluntaria del embarazo.

El Congreso Nacional está en el deber de ponderar las reflexiones del presidente Medina, y volver sobre sus pasos, para demostrar que de verdad a sus miembros les importan las vidas de las mujeres.