El país debe recibir con regocijo la designación de los nuevos miembros de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana. Tres mujeres y dos hombres. Un presidente joven, contador graduado con los más altos lauros académicos y con experiencia, y sin lastre político. Cuatro auditores y un abogado. Ningún perfil partidario.

Hay motivos más que suficientes para tener esperanza de que desde ese solemne organismo del Estado no habría posibilidad de conciliábulos y amarres de los que tradicionalmente ocurren, y de los que el país fue testigo con la Cámara de Cuentas saliente.

El Senado de la República hizo bien su trabajo, dejando sin efecto los esfuerzos de grupos de intereses políticos que metieron la mano y todo el brazo en la preselección que hizo la Cámara de Diputados.

Las fuerzas políticas debieron pactar, y lo hicieron sobre la base de escoger personas con calidad, capacidad y solvencia, entre las muchas opciones que envió, vía las ternas escogidas por la Cámara de Diputados.

Tradicionalmente el país ha sido burlado por los legisladores al momento de seleccionar a los miembros de la Cámara de Cuentas. La mayoría ha ido allí como políticos disfrazados de auditores, con el encargo de maquillar auditorías e investigaciones. O sencillamente sepultar la posibilidad de que se puedan realizar auditorías.

Acaba de ocurrir con el caso Odebrecht. La Procuraduría anterior solicitó auditar las obras contratadas con Odebrecht, y que fueron obtenidas mediante pagos de sobornos. 92 millones de dólares entregó esa empresa a funcionarios y legisladores para obtener las obras y sobrevaluarlas. La Cámara de Cuentas alegó carencia de recursos y nunca realizó las auditorías. Tampoco auditó la licitación y construcción de Punta Catalina, la obra más costosa de toda la historia de la República Dominicana. Más de 3 mil millones de dólares se negociaron y pagaron sin una auditoría de la Cámara de Cuentas. Y todo se hizo con excusas infantiles.

La última hazaña de la saliente Cámara de Cuentas, hasta ahora conocida, es la publicación de un comunicado este miércoles, en nombre de su pleno que hoy será sustituido, atacando a la Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito, y resaltando una supuesta ignorancia de la procuradora a dos sentencias de la jueza María Garabito de la Suprema Corte de Justicia, contra el allanamiento realizado por fiscales a las instalaciones de la Cámara de Cuentas.

Los nuevos integrantes de Cámara de Cuentas se instalaran este jueves. El nuevo presidente es Janel Andrés Ramírez, sobre quien recae la representación de un organismo bastante desprestigiado. Le toca rescatarlo, con honradez, deshaciendo todo lo deleznable de los anteriores incumbentes que sirvió para garantizar impunidad a políticos y pasados funcionarios que deberán rendir cuentas por sus actuaciones. Nadie está exento de esa obligación legal.

Elsa Catano, vicepresidenta de la Cámara de Cuentas, junta a Tomasina Tolentino, secretaria, Elsa Peña Peña, miembro y Mario Fernández Burgos, miembro deberán conformar un equipo audaz y eficiente, que establezca de inmediato niveles de colaboración con el Ministerio Público, para revertir todo el andamiaje de opacidad que se ha querido establecer para que el país no conozca las travesuras, irregularidades o enriquecimiento ilícito ocurrido en administraciones pasadas, incluyendo las de Leonel Fernández y Danilo Medina, y pueda realizar todas las investigaciones y auditorías que correspondan a la actual administración del presidente Luis Abinader.

La acción de la sociedad civil, el diálogo de los partidos, la reflexión de legisladores y funcionarios empeñados en hacer las cosas bien, pudieron mejorar la selección que finalmente resultó para un organismo que necesita con urgencia una profilaxis e higienización.

Se ha sabido que el liderazgo del presidente Luis Abinader ayudó a hacer prevalecer el reclamo social de elegir para el órgano fiscalizador de la administración pública un equipo profesional confiable y no marcado por el partidarismo político. Los clamores y advertencias de las voces más sensatas fueron atendidos, para bien.

El país ha salido ganancioso con este proceso. Felicitamos al presidente del Senado, Eduardo Estrella, por el papel protagónico jugado en este proceso, así como los demás legisladores miembros de la comisión de trabajo para la escogencia de la Cámara de Cuentas.