Nada justifica el irrespeto y el desorden protagonizado por el destituido cónsul de República Dominicana en la ciudad de Boston, Dominico Cabral, quien se ha insubordinado contra la disposición del presidente Leonel Fernández, y se quiere quedar a las malas en el puesto.
Cabral, además de negarse a traspasar el cargo al nuevo cónsul, Miguel Andújar, a pesar de que fue destituido en agosto, y ha colocado en una peligrosa situación de ilegalidad la oficina consular dominicana ante las autoridades de los Estados Unidos, pues sin estar revestido de las atribuciones correspondientes ha seguido despachando y disponiendo de los asuntos consulares.
Asimismo, tal como denunciaron decenas de dominicanos y dominicanas residentes en la zona de Nueva Inglaterra, empresas y organizaciones comunitarias, la República Dominicana se ha convertido en objeto de burla por tan bochornoso espectáculo.
Nada justifica el irrespeto y el desorden protagonizado por el destituido cónsul de República Dominicana en la ciudad de Boston, Dominico Cabral, quien se ha insubordinado contra la disposición del presidente Leonel Fernández, y se quiere quedar a las malas en el puesto
Pero lo que resulta inexplicable es que el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana se haga el desentendido y permita semejante irrespeto. Y lo que es peor, que continúe pagándole un salario que ya no corresponde al insubordinado señor Cabral.
Este hecho habla muy mal del gobierno dominicano y del país en su conjunto, y debe ponérsele un alto de inmediato. Si es necesario, el señor Dominico Cabral debe ser formalmente acusado y enviado a los tribunales por usurpador de funciones.